

El 3 de abril de 1975 el ingeniero Martin Cooper, director corporativo de Investigación y Desarrollo de Motorola, anunció en el Hotel Hilton de New York que los teléfonos móviles ya eran una realidad: él mismo lo había comprobado.
Antes del anuncio, Cooper llamó a su rival Joel Engel, investigador jefe de los laboratorios Bell de AT&T con el primer celular de la historia: el Motorola DynaTac, abreviatura de 'Dynamic Adaptive Total Area Coverage' (en español, cobertura de área total adaptada y dinámica). El aparato era del tamaño de una caja de zapatos y pesaba casi un kilo, pero funcionó a la perfección. "Nosotros en Motorola lo hicimos, la telefonía celular es una realidad", le dijo Cooper a Engel en la primera histórica comunicación. Entre las compañías existía una competencia táctica por quien llegaba primero a producir funcionalmente el primer teléfono móvil.
El DynaTac tenía la forma de un viejo teléfono fijo con una pantalla de display con los números del cero al nueve y los botones de llamar y colgar. El tiempo de recarga era de diez horas para sólo 35 minutos de autonomía operativa, porque algunas cosas no cambian y la batería sigue siendo un aspecto polémico de todos los teléfonos portátiles.
Sin embargo, en su momento el DynaTac puso punto final a la rivalidad entre Motorola y Bell que se prolongaba desde 1947.
Este primer modelo tuvo un sucesor más popular que salió al mercado como DynaTac 8000X con un precio de US$ 3.995 y una venta de 300 mil ejemplares. Ciertamente comenzo siendo una tecnología pensada para unos pocos consumidores de lujo.
Por suerte, esta cifra y el diseño se redujeron con la masividad que el invento alcanzó en los años 80 gracias a la asignación de las primeras frecuencias de comunicación. Fue entonces cuando la creación de Cooper atrajo la atención de disímiles firmas tecnológicas que llevaron su invento directo al éxito.


