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La Armada Argentina tiene un nuevo y potente aliado en la vigilancia de sus espacios marítimos gracias a la incorporación del segundo avión P-3C Orion. Esta aeronave, la segunda de cuatro adquiridas a Noruega, llegó el 14 de octubre a la Base Aeronaval Comandante Espora, situada a 5 km de Bahía Blanca, fue presentada por el Ministerio de Defensa el 6 noviembre y está preparada para cumplir tareas fundamentales de patrullaje marítimo, exploración y control territorial.

El ministro de Defensa, Luis Petri, destacó la importancia de esta llegada para la recuperación de capacidades estratégicas de la Aviación Naval: “Hemos iniciado una nueva era: la era en que la Argentina vuelve a mirar a su mar con ojos propios; la era en que recuperamos la capacidad de explorar, custodiar y defender nuestro Atlántico Sur”.

Ya el mes pasado, cuando la aeronave aterrizó por primera vez en el país, al funcionario había señalado: “Con este segundo P-3 Orion, continuamos recuperando la capacidad de control y respuesta, asegurando que la Argentina proteja sus recursos, territorio y soberanía”.

Desde la llegada del primer P-3C Orion en 2024, el país reforzó su capacidad para monitorear la totalidad de la milla 200, detectando y persiguiendo a quienes intenten explotar ilegalmente sus recursos marítimos, y ejerciendo soberanía real sobre sus aguas y plataformas continentales.

Argentina ya cuenta con dos aviones P3 Orion de patrulla marítima.
Argentina ya cuenta con dos aviones P3 Orion de patrulla marítima.Ministerio de Defensa

Cazador del Atlántico: el nuevo P-3C Orion de la Armada

El P-3 Orion, diseñado por Lockheed Martin, es un verdadero cazador del océano, dado que es un avión de exploración marítima, guerra antisubmarina y operaciones antibuque, de largo alcance y alta tecnología.

Está equipado con cuatro motores turbohélice Allison T-56-A-14 de 4.600 HP cada uno, que le proporcionan un rendimiento excepcional y la capacidad de alcanzar una velocidad de 330 nudos (unos 610 Km/h). Con una longitud de 35,57 metros, envergadura de 30,38 metros y altura de 10,27 metros, cuenta con un radio de acción de 1.500 millas náuticas (2.780 km) y una autonomía de vuelo de 12 horas. Esto le permite operar con facilidad a lo largo del litoral marítimo argentino, la plataforma continental y la Antártida, manteniendo presencia sostenida en áreas estratégicas del Atlántico Sur.

Su equipamiento tecnológico es de vanguardia. El P-3C Orion, que ahora opera la Armada Argentina, posee radares de apertura sintética, sistemas visuales e infrarrojos, procesadores acústicos para detección subacuática y detectores de anomalías magnéticas que facilitan la localización de amenazas submarinas.

Asimismo, cuenta con sistemas de identificación automática de buques (AIS) y múltiples sistemas de comunicación que garantizan la transmisión de información en tiempo real, lo que permite coordinar operaciones con otras fuerzas y agencias.

Sus características hacen que el avión sea una herramienta clave para misiones de búsqueda y rescate, patrullaje de largo alcance, así como para operaciones antisubmarinas y antisuperficie.

Los nuevos P-3C Orion de la Argentina incorporan avanzados sensores para detectar navíos en mar abierto.
Los nuevos P-3C Orion de la Argentina incorporan avanzados sensores para detectar navíos en mar abierto.

La Armada se moderniza para aumentar su control del mar

La incorporación de esta aeronave representa un paso significativo en el proceso de reequipamiento y modernización de las fuerzas armadas argentinas. Refuerza la vigilancia y el control efectivo sobre la milla 200, combatiendo activamente la pesca ilegal en el Mar Argentino y asegurando la defensa de la soberanía nacional en una región de enorme importancia estratégica y económica.

Con este segundo P-3C Orion en su poder, la Armada Argentina tiene un “cazador” oceánico que consolida su capacidad para proteger recursos naturales esenciales, controlar los espacios marítimos y mantener una presencia firme en sus aguas jurisdiccionales. Este avión no solo es un símbolo de modernización, sino también un garante de seguridad y soberanía en el vasto Atlántico Sur.