Murió Umberto Eco a los 84 años
El pensador italiano fue una de las figuras más importantes de la semiología contemporánea, y escribió numerosos ensayos sobre semiótica, estética medieval, lingüística y filosofía.
El filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco falleció a los 84 años. El prolífico y reconocido pensador ha escrito numerosos ensayos sobre semiótica, estética medieval, lingüística y filosofía, así como novelas con gran éxito comercial.
En el año 2000 había sido condecorado con el destacado premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y es considerado como una figura fundamental en el desarrollo de la semiología contemporánea.
Filósofo de formación, Eco fue reconocido tardíamente; cuando se acercaba a los 50 años, en 1980 publicó su primera novela, “El nombre de la Rosa , y se vendieron millones de ejemplares en 43 idiomas.
Sin embargo, en el mundo académico, Eco era reconocido desde la publicación del paradigmático “Apocalípticos e integrados (1964), que aún se estudia en las universidades y donde el autor hablaba de un tema eterno y constante en él, el binomio entre la cultura popular y la alta cultura.
En aquel libro, el escritor trata sobre la influencia y el valor la cultura de masas, los medios de comunicación, y las distintas formas cultura popular.
Investigador de los complicados procesos de la comunicación e inspirador de modelos interpretativos de la obra literaria, su primera obra de semiótica fue “La estructura ausente , que publicó en 1968, un trabajo que culminó con el “Tratado de semiótica general en 1975.
Eco presentó su último libro el pasado marzo; “Número cero , una reflexión y una crítica contra el periodismo, internet, la mentira y la corrupción, el cual realizó entrevistando a distintos periodistas.
Otras obras destacadas del autor son “El péndulo de Foucault (1988), “El cementerio de Praga (2010) o los ensayos “El problema estético (1956), y “El signo (1973).
Su vida personal también despertaba curiosidad; su casa milanesa se halla frente al castillo Sforzesco, cerca del Duomo, y está literalmente envuelta en libros, con más de 35.000 volúmenes ordenados por temas a lo largo de los pasillos, repleta también de obras de arte.
Entre sus frases destacadas se encuentra la justificación que da a su forma de trabajar y cuestionar mediante ensayos y novelas; “Esa es mi manera de contribuir a clarificar algunas cosas. El intelectual no puede hacer nada más, no puede hacer la revolución. Las revoluciones hechas por intelectuales son siempre muy peligrosas .
Nació en la ciudad de Alessandria, en la región italiana de Piamonte, justo en el centro del triángulo entre Génova, Milán, Turín. De pequeño, él y su madre, Giovanna, se mudaron a un pueblito en la ladera piamontesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín, con L. Pareyson y su tesis fue sobre El problema estético en Santo Tomás (1956).