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Un reciente descubrimiento científico podría reescribir lo que sabemos sobre la evolución. Se trata de un fenómeno inesperado que fue registrado en las lombrices de tierra, el cual pone en jaque la teoría de la evolución gradual presentada porCharles Darwin.

El hallazgo, difundido por Popular Mechanics y publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, revela una reorganización genómica radical que ocurrió hace 200 millones de años.

Una revolución genética en el corazón de la evolución


El estudio elaborado por Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España detectó un fenómeno evolutivo inesperado en las lombrices de tierra.

Según especificaron, las mismas experimentaron una transformación genética sin precedentes al pasar del mundo marino al terrestre. Esta "conmoción genómica" fue tan profunda que hoy son genéticamente más cercanas a las almejas que a sus parientes marinos.

Este caso revela una cercanía más próxima con la teoría del equilibrio puntuado, presentada por los paleontólogos Stephen Jay Gould y Niles Eldredge en 1972: a diferencia del modelo darwinista de evolución lenta y continua, sugiere que las especies pueden permanecer estables durante largos periodos y luego cambiar bruscamente en lapsos cortos.

El caos genético que salvó a las lombrices


De acuerdo al estudio, tanto las lombrices como las sanguijuelas, presentan los genomas "más desordenados" entre los animales estudiados hasta ahora. Justamente, esto es lo que les permitió adaptarse a la vida terrestre.

La reestructuración dio lugar a "quimeras genéticas", resultado de la fusión de fragmentos cromosómicos antes independientes.

Aurora Ruiz-Herrera, de la Universitad Autónoma de Barcelona, explicó que esta flexibilidad estructural permitió mantener la funcionalidad genética a pesar de los cambios drásticos, asegurando la supervivencia en un entorno completamente nuevo.

¿El fin del darwinismo clásico?


Tras el descubrimiento, comenzó a pensarse si es suficiente la teoría de Darwin para explicar todos los procesos evolutivos. Según Fernández, "la enorme reorganización de los genomas que observamos no puede explicarse con el mecanismo parsimonioso que propuso Darwin".

La investigación sugiere que algunos eventos evolutivos no siguen el modelo clásico de acumulación lenta de mutaciones, sino que pueden surgir de reestructuraciones genéticas súbitas y masivas. Esto también podría explicar la escasez de formas intermedias en el registro fósil: si los cambios son abruptos, su huella sería mínima o inexistente.