Todos los ojos se centraron en el norte de España, en Nalvegas, un pequeño pueblo donde se descubrió un río repleto de oro. Este hallazgo del metal precioso despertó el interés de investigadores y curiosos.

En el poblado, ubicado en el corazón de Asturias, se practica el "bateo de oro" en el río, una técnica ancestral que se ha convertido en tradición. Con esta técnica se extrae el metal de los sedimentos fluviales mediante una batea, separando los materiales pesados del oro de los más ligeros. Esta vez, lo encontrado dejó a todos asombrados.

Novedoso: la cantidad de oro en el lecho de un río

El oro hallado en el Río Nalvegas proviene de depósitos fluviales. Se formaron hace millones de años en el occidente asturiano.

Las rocas en el subsuelo de esta área contienen pequeñas cantidades de este metal precioso y, por procesos geológicos, como la erosión, el agua y el desgaste natural, fueron arrastradas por el cauce del río.

La presencia de oro en Nalvegas también se relaciona con la actividad tectónica y volcánica, propia del pasado geológico de la región cantábrica. Este contexto favoreció la circulación de fluidos hidrotermales cargados de minerales que, al enfriarse y filtrarse por grietas, generaron minerales como el oro.

El legado aurífero en la región norte de España

Como se mencionó antes, el oro como una de las características principales en la región norteña de España surgió durante el Imperio Romano.

En ese tiempo, esta zona fue una de las más relevantes en la explotación aurífera de la antigua Hispania. La práctica fue realizada por ingenieros romanos.

Hoy, ese legado se convierte en una actividad turística, educativa y cultural. El bateo de oro ya no es un modo de vida, pero sigue siendo una forma de transmitir saberes, promover el turismo rural y celebrar el vínculo entre la naturaleza y la historia.

El paraje de Nalvegas es protagonista del Campeonato Nacional de Bateo de Oro. La técnica, que se remonta a tiempos romanos, es hoy una práctica turística que busca la extracción del mineral. Los participantes compiten por velocidad y precisión en la técnica de bateo.

Lejos de ser solo una competencia, el evento atrae a familias, turistas y expertos y se complementa con talleres, actividades culturales y juegos para niños.