El gran desafío de las empresas en el contexto actual es desarrollar la capacidad de respuesta frente a las aceleradas transformaciones impulsadas por las innovaciones tecnológicas, el dinamismo de los negocios y los escenarios inciertos que se viven día a día.

Una de las estrategias que las compañías implementaron en los últimos años para afrontar estos contextos desafiantes fue la regionalización, para así compartir prácticas, realizar sinergias y desarrollar y potenciar el crecimiento de los equipos, generando más oportunidades de negocios.

Para las empresas, la regionalización es una fuente de inmensas oportunidades, especialmente cuando posibilita reducir barreras y aprovechar recursos y talentos específicos para impulsar las actividades productivas de forma competitiva, sin depender de un único mercado y sus particularidades. Otro de sus beneficios es la diversificación del riesgo para las inversiones, entendiendo que si uno de los países de la región no presenta los resultados esperados se puede apalancar de los otros.

Alcanzar una economía de escala aprovechando las ventajas de un proceso de producción eficiente es uno de los mayores objetivos que tienen las empresas regionales en la actualidad. Al reducir el costo total y aumentar la eficiencia en el nivel de producción y comercialización de productos o servicios, la economía de escala brinda grandes ventajas frente a la competencia.

Asimismo, contar con una mirada regional les permite a las empresas agilizar su capacidad de respuesta en comparación con las que tienen una mirada local, debido a que tienen la posibilidad de entender más aceleradamente los contextos y capitalizar los aprendizajes.

Sin embargo, para aprovechar estas ventajas, es necesario que las empresas y sus marcas entiendan la situación de cada región y país en el que operan, cuáles son sus fortalezas, sus oportunidades y detecten sus necesidades cambiantes. Esto permitirá tomar las mejores prácticas de la región y generar proyectos que potencien a la organización mientras que impulsan el crecimiento en cada mercado.

Para una compañía como Alsea, que opera grandes marcas como Burger King, Starbucks y Domino´s Pizza, la integración de los diferentes países de Sudamérica fue fundamental para consolidar el reconocimiento del grupo en la economía regional y seguir posicionándose como el operador de restaurantes líder en Sudamérica que es fuente de oportunidades de empleo y desarrollo para miles de personas.

En 2020 dimos los primeros pasos en este camino, tomando la decisión de unificar los mercados de Alsea de Argentina, Chile y Uruguay para conformar la región del Cono Sur, a la que luego se le sumó Paraguay, mercado en el que Alsea desembarcó en mayo de este año. Entendimos que la industria gastronómica estaba cambiando para siempre y debíamos fortalecer el futuro operacional de la compañía e impulsarlo de manera responsable y planificada.

Las sinergias y oportunidades que trajo esta regionalización superaron todas las expectativas. En estos más de 10 años que llevo en la compañía, he tenido la oportunidad de ver de cerca su crecimiento desde diferentes posiciones y países y entender que no se trata de aplicar modelos genéricos a todos los países, sino de lograr el equilibrio adecuado entre personalización y estandarización. Una empresa debe comprender a su región, escoger las estrategias más adecuadas y entrelazarlas con las estructuras existentes de la organización.

Si son equilibradas junto a iniciativas globales y locales, las estrategias regionales pueden impulsar significativamente el desempeño de una empresa y brindar una poderosa ventaja competitiva.

Gracias a esta gran experiencia que fue la conformación de la región Cono Sur, entendimos la importancia e impacto de seguir trascendiendo fronteras. Por eso, este año nos integramos con Colombia y pasamos a ser Alsea Sudamérica, un equipo regional compuesto por 5 países, 6 marcas, 700 tiendas y más de 14.000 miembros del equipo.

Cada vez más se trata de un balance entre armar estructuras que sean ágiles y eficientes y escoger al mejor talento. Para esto, trabajar la marca empleadora de una manera regional es una muy buena estrategia. Una compañía con presencia en diversos países le aporta un atractivo diferencial a la propuesta de valor, en la cual el futuro colaborador podrá descubrir y aprender de nuevas culturas y encontrar mayores oportunidades de desarrollo.

Una empresa que atraviesa un proceso de regionalización debe comprender profundamente cada mercado de su región y tener en cuenta la multiculturalidad y la convivencia de los diferentes países para escoger las estrategias más adecuadas que permitan mejorar la eficiencia operacional y la rentabilidad, potenciar los talentos y fomentar el desarrollo profesional. Por esto, es fundamental empoderar el rol del líder. En mi experiencia fue un agente primordial para abordar los desafíos que teníamos por delante. Otra de las claves fue poner en marcha el proceso de transformación cultural que nos permitió reducir las distancias y trabajar como un único equipo.

Como miembros de las comunidades en donde operamos, las empresas debemos superar los retos de estos tiempos fluctuantes e impactar positivamente en ellas de manera sostenible. Muchas compañías hoy en día están encontrando en la regionalización la llave para adaptarse a las complejidades, capitalizar las buenas prácticas de los mercados y potenciar la expansión y desarrollo de los equipos.