

Los trucos caseros para realizar las diferentes tareas del hogar son una herramienta que ha ganado una importante popularidad en las redes sociales y esto se destaca por dos factores: su eficacia y sencillez.
En este sentido, existe una solución que está orientada a eliminar la suciedad de los azulejos y devolverles el brillo que tuvieron el primer día que fueron colocados.
Para poder hacer este lifehack, se necesitarán muy pocos elementos y no habrá que utilizar vinagre ni jabón blanco, dos elementos que están muy presentes en este tipo de trucos.
Cómo limpiar los azulejos y dejarlos súper brillantes
La mayoría de las veces los azulejos se ensucian por la grasa que emiten los alimentos cuando se cocinan y con el paso del tiempo, esto se adhiere mucho más a la superficie y es difícil de remover.

Sin embargo, recientemente se viralizó una técnica para limpiar los azulejos del baño o la cocina que los deja relucientes y únicamente necesita de dos elementos que son extremadamente fáciles de conseguir.
Para poder llevarla a cabo, será necesario contar con agua y alcohol etílico, dos ingredientes que están en la gran mayoría de los hogares y que pueden encontrarse en cualquier supermercado o almacén de barrio.
Paso a paso: cómo limpiar los azulejos con agua y alcohol
Dentro de un pulverizador se deben mezclar partes iguales de agua y alcohol y agitar suavemente para que ambos líquidos se integren adecuadamente. Una vez hecho esto, llegará el momento de esparcir la combinación sobre los azulejos.

Pasados unos minutos para que el producto pueda actuar sobre la parte que está sucia, habrá que comenzar a limpiarlos en profundidad. Para esto, se tiene que utilizar un cepillo o esponja y frotar sobre toda la superficie que desea limpiarse.
Cuando la grasitud sea removida, habrá que pasar un trapo húmedo desinfectado para eliminar cualquier tipo de impureza que quede en los azulejos y luego secar con papel de cocina o un paño seco.
Por qué el agua y el alcohol sirven para limpiar los azulejos
Gracias a sus componentes químicos, el alcohol actúa como un removedor fabuloso para quitar la suciedad ya que una vez que se evapora, comienza a hacer efecto sobre las manchas que resultan difíciles de quitar.
Por su parte, el agua juega un rol fundamental ya que ayudará a que la limpieza sea más homogénea y el resultado más efectivo.


