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La sartén es uno de los aliados más versátiles en la cocina. Permite saltear, dorar y freír en pocos minutos. Sin embargo, su uso intensivo y algunos errores comunes en la limpieza pueden arruinarla antes de tiempo.

Para evitarlo, existen recomendaciones clave que permiten cuidarla correctamente y extender su durabilidad.

El paso esencial que muchos olvidan al lavar la sartén

Una de las prácticas más frecuentes, y perjudiciales, es lavar la sartén apenas se retira del fuego. El cambio brusco de temperatura puede deformarla y afectar sus propiedades antiadherentes. Por eso, lo primero que hay que hacer es dejarla enfriar completamente antes de lavarla.

Una vez fría, lo recomendable es usar una esponja suave y detergente neutro. Los productos abrasivos o esponjas metálicas pueden rayar el revestimiento y acelerar su desgaste.

¿Cuáles son los cuidados diarios para evitar el deterioro?

Para que la sartén conserve su rendimiento por más tiempo, hay ciertos hábitos que conviene incorporar:

  • No usar utensilios metálicos: optar por cucharas o espátulas de madera, silicona o nylon.

  • Evitar cortar alimentos dentro de la sartén: esto daña el revestimiento y puede generar desprendimientos.

  • Nunca calentarla vacía por mucho tiempo: el exceso de calor directo puede deformarla o quemar su superficie.

  • Secarla bien después de cada lavado: la humedad acumulada favorece la oxidación, especialmente en los bordes o tornillos.

Un buen truco para el secado es usar un paño limpio o papel absorbente hasta eliminar completamente la humedad.

El paso a paso para limpiar las sartenes quemadas

Aunque el vinagre y el bicarbonato son ingredientes tradicionales para limpiar sartenes quemadas, existen otras alternativas efectivas con elementos que seguramente ya tenés en tu casa:

  1. Llená la sartén con agua caliente.

  2. Agregá una cucharada de sal gruesa y un chorrito de detergente.

  3. Dejá reposar por 15-20 minutos.

  4. Frotá con una esponja suave para eliminar los restos adheridos.