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Uno de los fenómenos más enigmáticos asociados al Sol es el de las lluvias solares, que, a diferencia del agua que cae sobre la Tierra, se producen en la corona solar, una región de plasma extremadamente caliente que rodea la superficie de la estrella.

Durante años, los científicos trataron de explicar cómo las masas de plasma más frías y densas se precipitaban desde lo alto de la corona hacia la superficie solar, sin poder explicar con precisión cómo se formaban tan rápidamente. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái logró descifrar el misterio detrás de este fenómeno.

Lluvias solares: ¿qué son y cómo funcionan?

Las lluvias solares son estructuras de plasma que se enfrían y condensan en la corona solar antes de caer nuevamente hacia la superficie del Sol. Este proceso ocurre durante las erupciones solares, cuando la energía liberada provoca cambios drásticos en la atmósfera solar.

A diferencia de la lluvia terrestre, compuesta por agua, la lluvia solar está formada por plasma, un gas ionizado extremadamente caliente, que se enfría rápidamente y se vuelve más denso.

Hasta ahora, los modelos científicos requerían largos períodos de calentamiento para explicar la formación de estas lluvias, lo que no coincidía con la rapidez con la que ocurren durante las erupciones solares.

¿Qué encontraron los científicos?

El hallazgo fue realizado por Luke Benavitz, estudiante de posgrado del Instituto de Astronomía (IfA), junto al astrónomo Jeffrey Reep. Su investigación, publicada en Astrophysical Journal, reveló que los modelos tradicionales estaban equivocados al asumir que la distribución de elementos como el hierro en la corona solar era constante en el tiempo y el espacio.

Al permitir que la abundancia de estos elementos varíe, los modelos comenzaron a coincidir con las observaciones reales del comportamiento solar. Este ajuste permitió explicar por qué las lluvias solares se forman tan rápidamente: los cambios en la composición química de la corona influyen directamente en la velocidad de enfriamiento del plasma.

"No podemos observar directamente el proceso de calentamiento, así que usamos el enfriamiento como indicador. Pero si nuestros modelos no han tratado las abundancias correctamente, es probable que se haya sobreestimado el tiempo de enfriamiento. Quizás tengamos que volver a empezar desde cero con el calentamiento coronal, así que queda mucho trabajo nuevo y emocionante por hacer", dijo Reep.

¿Por qué es tan importante este descubrimiento?

Este avance representa un paso clave para comprender mejor el funcionamiento del Sol. Al mejorar los modelos de comportamiento solar durante las erupciones, los científicos pueden afinar sus predicciones sobre el clima espacial, que tiene un impacto directo en las comunicaciones, los satélites y las redes eléctricas en la Tierra.

Además, el descubrimiento abre nuevas preguntas sobre cómo se mueve la energía en la atmósfera solar y cómo varían sus componentes químicos con el tiempo. Como señaló Reep, entender el enfriamiento del plasma es esencial para deducir cómo se produce el calentamiento coronal.