

Un equipo internacional de astrónomos acaba de revelar un fenómeno que podría redefinir lo que sabemos sobre la estructura de nuestra galaxia. Gracias a los datos del telescopio espacial Gaia, se detectó una inmensa onda galáctica que atraviesa el disco exterior de la Vía Láctea, provocando un movimiento vertical en miles de millones de estrellas.
Un mapa estelar que revela más de lo esperado
Desde hace más de diez años, Gaia se dedica a cartografiar la posición y el desplazamiento de más de mil millones de estrellas. Su precisión permitió a los científicos observar un patrón ondulatorio en el movimiento de las estrellas, especialmente en las gigantes jóvenes y en las variables Cefeidas, que actúan como marcadores de tiempo en el cosmos.
La zona afectada por esta onda se extiende entre los 30.000 y los 65.000 años luz del centro galáctico. Allí, las estrellas parecen oscilar como si una fuerza invisible las empujara, similar a una ola que recorre un estadio lleno de espectadores.
¿Qué causa esta perturbación estelar?
La hipótesis más aceptada sugiere que la Vía Láctea podría haber colisionado con una galaxia enana en el pasado. Estos encuentros no son raros: nuestra galaxia ha absorbido muchas a lo largo de su historia. Sin embargo, lo que desconcierta a los expertos es la magnitud y la coherencia del fenómeno.
Otra teoría lo vincula con la Onda de Radcliffe, una estructura más cercana al Sol que también presenta un movimiento ondulatorio. Aunque aún no se confirma si ambos eventos están relacionados, la posibilidad abre nuevas líneas de investigación sobre la dinámica interna de la galaxia.

Lo que se espera en 2026: más datos, más certezas
La próxima publicación de datos de Gaia, prevista para 2026, podría ofrecer respuestas clave. Con un catálogo más detallado de movimientos estelares, los astrónomos planean construir mapas tridimensionales que permitan entender mejor el origen de esta onda.
Si se comprueba que el gas interestelar también se mueve al ritmo de esta perturbación, estaríamos ante una evidencia de un evento capaz de modificar la estructura completa de la Vía Láctea. Esto no solo revelaría una parte oculta de su historia, sino que también podría anticipar su evolución futura.
Un universo más dinámico de lo que imaginábamos
Durante siglos, se pensó que la Vía Láctea era un sistema estable, casi inmóvil. Hoy, los datos muestran otra realidad: un mar de estrellas en constante movimiento, donde una ola gigante avanza lentamente hacia lo desconocido.


