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Un hallazgo arqueológico sin precedentes salió a la luz en West Norfolk, Inglaterra, donde un hombre con detector de metales encontró el mayor tesoro anglosajón de la historia.

Se trata de 131 monedas de oro y cuatro piezas adicionales, entre ellas un colgante, un lingote y fragmentos que podrían haber pertenecido a joyas más grandes.

Según informó el Museo Británico, el descubrimiento se desarrolló a lo largo de seis años por un único buscador, cuya identidad se mantiene en reserva. Este impresionante botín fue enterrado alrededor del año 600 d.C., en un periodo anterior a la unificación de Inglaterra.

Aunque se desconoce el motivo de su ocultamiento, los especialistas consideran que se trata de un testimonio invaluable sobre la economía y la circulación monetaria en la Inglaterra anglosajona temprana.

¿Qué características hacen especial a este yacimiento?

El grueso del tesoro está compuesto por monedas conocidas como tremis, originarias del reino franco. Estas pequeñas piezas del siglo VI estaban hechas casi en su totalidad de oro, entre un 85 % y un 95 %, y circulaban en distintos puntos del continente europeo.

También se encontraron nueve solidi, monedas bizantinas de mayor tamaño y valor, lo que refuerza la hipótesis de una red comercial activa entre las islas británicas y Europa continental en aquella época.

Entre los objetos no monetarios se identificaron un colgante de oro, un lingote y dos fragmentos que, según expertos del Museo Británico, podrían haber formado parte de una joya más elaborada.

El hallazgo marcado por la controversia

Una parte del tesoro, 10 monedas, fue hallada y vendida ilegalmente por David Cockle, un exoficial de policía que utilizó su propio detector de metales para realizar el descubrimiento.

Cockle ocultó el hallazgo y vendió las monedas por unas 15.000 libras esterlinas (alrededor de 20.000 dólares). En 2017 fue condenado a 16 meses de prisión por tráfico ilegal de bienes culturales y destituido de la fuerza policial. Hasta el momento, ocho de esas monedas fueron recuperadas.

¿Qué ocurrirá con el tesoro encontrado?

El caso está bajo análisis del forense de Norfolk, quien determinará si el hallazgo califica como "tesoro" según la Ley del Tesoro de 1996.

Esta normativa establece quecualquier colección de monedas u objetos metálicos con más de 300 años de antigüedady con al menos un 10 % de contenido en oro o plata debe ser reportada oficialmente y podría ser reclamada por la Corona Británica.

De confirmarse esta condición legal, el tesoro podría exhibirse en el Museo del Castillo de Norwich, con el respaldo del Museo Británico, para su preservación y estudio.

Un nuevo capítulo para la historia anglosajona Gareth Williams, conservador de monedas medievales tempranas del Museo Británico, subrayó la relevancia del hallazgo:

"Es un descubrimiento de enorme importancia que transformará lo que sabemos sobre la economía de la Inglaterra anglosajona. Debe analizarse en conjunto con otros hallazgos recientes en Anglia Oriental y más allá".

El nuevo tesoro supera en número al hasta ahora mayor descubrimiento anglosajón de este tipo, una bolsa con 101 monedas encontrada en Crondall, Hampshire, en 1828.

También se suma a otros famosos hallazgos de la región, como el sitio funerario de Sutton Hoo, que también incluyó monedas de oro y fue inmortalizado en una película de Netflix. Este descubrimiento marca un hito para la arqueología británica y abre nuevas puertas para entender el pasado económico, cultural y político de la antigua Inglaterra.