

Llevar adelante una relación y sortear de forma positiva los problemas que se suceden en su interior, fruto de diferencias de pensamiento, es uno de los desafíos más importantes a la hora de intentar afianzar un vínculo.
En busca de soluciones que permitan hacer navegar las relaciones de pareja, varias disciplinas intentaron análisis y reflexiones que permitan llegar a buen puerto a los vínculos dentro de una relación.
El afamado terapeuta Stephen Karpman fue quien explicó el concepto llamado Triángulo del Drama, describiendo roles que cada integrante de la pareja suele tomar ante un conflicto y que hay que tratar de evitar si lo que se quiere es seguir fortaleciendo el vínculo.
Según el portal Mindful Science Center, conocer estas posturas es lo que evitará caer en ellas. Del mismo modo, permitirá, a las personas emocionalmente inteligentes, evitarlas una vez que vean lo destructivas que pueden llegar a ser.
Triángulo del drama: las posturas que hay que evitar para resolver conflictos en una relación
El Triángulo del drama tiene las siguientes posturas:
- Víctima: te quita tu poder y de tu responsabilidad.
- Perseguidor: es el lugar del controlador, alguien que culpa a los demás, una forma completamente negativa.
- Salvador: concentrás toda tu energía en los demás como una manera de evitar tus propios problemas.
Si asumís alguna de estas posturas, lo más probable es que no puedas ver qué es lo que hay que trabajar con tu pareja o dentro de la relación, para solucionar los problemas. Más bien, te llevarán a decidir desde perspectivas erróneas y perderás tiempo en discusiones desgastantes que no resolverán los conflictos.
Triángulo del drama: todo lo que hay que saber para no caer en sus garras
Se sabe que cada persona es una construcción de hábitos y costumbres que, por lo tanto, reacciona de manera diferente ante un mismo problema. Es por eso que, pensar en la forma que tenemos de comunicar nuestros sentimientos va a ser determinante a la hora de construir un vínculo.
El Triángulo del drama se podrá evitar mientras se trabaje en uno mismo, y se resuelvan las situaciones mientras van sucediendo y no una vez que el conflicto se ha llevado por delante cualquier tipo de intercambio en buenos términos.

Una vez que se tome conciencia de la existencia de las dificultades al momento de resolver un conflicto,habrá que trabajar sobre cuatro pilares para desarticular, de una vez por todas, este triángulo que tantos problemas trae en las relaciones de pareja.
- Perspectiva. A veces solo es cuestión de perspectiva y para tener la adecuada, es necesario alejarse un poco del problema y tratar de visualizarlo con distancia. Mirar las cosas un poco más de lejos, primero te permitirá ganar en claridad y ser más reflexivo. La distancia también te permitirá entender la raíz del problema y cuál es tu papel dentro de él. Una vez logrado esto, será más sencillo encontrar la manera adecuada de resolver el problema sin dañar el vínculo.
- Comunicación. Este aspecto es fundamental y puede ser sencillo de intervenir en él, teniendo en cuenta algunas cuestiones básicas que en momentos de discusión pueden perderse en el camino.

- Ponerse en el lugar del otro para tratar de entender el porqué de las peleas, no faltar el respeto y evitar las reacciones intempestivas. La comunicación es fundamental y necesaria para poder saber qué es lo que opina el otro y para poder dar nuestro propio punto de vista.
- Aprendizaje. Dónde colocar los errores es vital para no sumarle más importancia de lo que realmente tienen, poder reconocerlos y aceptarlos sin que esto resulte una cuestión dramática para ninguno de los integrantes de la pareja. Ubicar los errores en el lugar del aprendizaje en vez de tomarlos como un nuevo fracaso será fundamental para salir airoso de situaciones de conflicto.
- Enfoque. La postura de colaboración, será el enfoque adecuado para sobrellevar los momentos de crisis. Con esta postura evitaremos ponernos en el lugar de víctima, perseguidor o salvador y nos encontraremos en un lugar más activo y beneficioso.


