

El accidente cerebrovascular (ACV), conocido como derrame cerebral, representa una de las principales causas de discapacidad y muerte a nivel mundial. En la mayoría de los casos, se presenta de manera repentina, sin previo aviso, lo que resalta la necesidad de aprender a reconocer los primeros síntomas.
Recientemente, el tema cobró relevancia tras la muerte de Alejandra "Locomotora" Oliveras. La exboxeadora sufrió un ACV isquémico, tras el cual permaneció dos semanas en terapia intensiva. La noticia reavivó el debate sobre la atención a esta enfermedad silenciosa.

ACV: un síntoma habitual, aunque menospreciado
De acuerdo con expertos en neurología, hay un síntoma temprano de ACV que muchas personas sienten, pero pocos asocian con esta condición: la pérdida repentina del equilibrio o la coordinación motora.
La Asociación Americana del Corazón (AHA) y la Asociación Americana del Ictus (ASA) subrayan que este signo, aunque menos conocido que la parálisis facial o la dificultad para hablar, es fundamental para un diagnóstico temprano.
"Muchos pacientes mencionan haber tropezado o sentir que no podían mantenerse en pie antes del ACV", indican sus investigaciones. Detectarlo a tiempo puede ser crucial para lograr una recuperación total o evitar secuelas graves, como parálisis o afasia.
Signos adicionales del derrame cerebral que debes conocer
Además de la pérdida de equilibrio, los neurólogos señalan otros signos distintivos de un derrame cerebral. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Entumecimiento o debilidad repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.
- Dificultad para hablar o comprender lo que se dice, incluso en situaciones familiares.
- Pérdida de visión en uno o ambos ojos.
- Dolor de cabeza repentino, intenso y sin causa aparente.
Estas señales forman parte del protocolo FAST, un acrónimo en inglés que invita a observar el rostro (Face), los brazos (Arms), el habla (Speech) y, sobre todo, actuar con rapidez (Time).
Si se nota alguna anomalía en estos tres primeros aspectos, el tiempo de reacción es crucial para evitar daños permanentes.

¿Cuáles son las causas de un accidente cerebrovascular?
Un ACV se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, lo que impide que las neuronas obtengan oxígeno y nutrientes. Hay dos tipos principales:
ACV isquémico, que representa el 85% de los casos y se origina por una obstrucción arterial. Este fue el que sufrió la exboxeadora Alejandra "Locomotora" Oliveras.
ACV hemorrágico, menos frecuente pero más mortal, causado por la ruptura de un vaso sanguíneo.
Entre los factores de riesgo más relevantes se encuentran:
Hipertensión arterial
Diabetes
Colesterol elevado
Tabaquismo
Inactividad física
Obesidad
Estrés crónico
El envejecimiento también aumenta las probabilidades de sufrirlo, pero cada vez se reportan más casos en adultos jóvenes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 15 millones de personas experimentan un ACV y al menos 5 millones de ellas quedan con discapacidades permanentes. El dato más preocupante: la mayoría de los casos podrían prevenirse o tratarse eficazmente con una detección temprana.

Prevención del ACV: riesgos y hábitos saludables a considerar
La prevención y el control de factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo son fundamentales para reducir la incidencia de ACV en la población.
Además, la rehabilitación tras un ACV es un proceso crucial que puede ayudar a los pacientes a recuperar habilidades y mejorar su calidad de vida. Programas de terapia física, ocupacional y del habla son esenciales para maximizar la recuperación y minimizar las secuelas a largo plazo.


