

El 27 de junio de 1993 ocurrió un hito en el periodismo nacional: el diario UNO de Mendoza salía a la calle por primera vez. Su fundador, el empresario Daniel Vila, recuerda en una entrevista publicada en UNO que aquí reproducimos, los desafíos y obstáculos que tuvo que enfrentar para insertar un nuevo medio en el mercado, la feroz competencia y cómo está posicionado hoy en el país.
- ¿Cuándo se te ocurrió la idea de fundar un diario?
- Más que una idea fue una necesidad. En ese momento nosotros teníamos Nihuil, Montecristo y Supercanal. Pero enfrente nos enfrentábamos al resto de los medios de la provincia. Canal Siete, Canal Nueve, Aconcagua, Los Andes, LV10 y los medios de San Rafael, todo un poder mediático que por iniciativa de Los Andes nos tenían de enemigos, porque Los Andes sostenía que nosotros íbamos a poner un diario.
- ¿Y para ese entonces aún no lo habías pensado?
- En ese momento ni pensábamos poner un diario. No sé por qué nació ese rumor. Entonces un día me voy a Los Andes a verlo a (Luis María) Casero, que era el gerente. Le dije 'mirá, está esto dando vueltas en todos los medios. Eso vos lo usás en contra nuestra y no es así. No vamos a poner un diario'. Y él me dijo que estaba seguro de que nosotros íbamos a poner un diario. Salimos de ahí, yo había ido con Orlando Terranova, que era mi socio, y le dije: y bueno, tendremos que poner un diario.
- ¿Por qué?
- La prensa gráfica tenía un peso enorme. Estaban los dos canales y nos tiraban en contra a los anunciantes, a la Justicia, al poder político.
-Te llevo a unos años antes. ¿Cómo llegaste a los medios si vos eras abogado y tenías un estudio?
-A mi padre Alfredo Vila, que era emprendedor y empresario, le pagan una deuda con Radio Nihuil, que era de Sánchez Cores. Para esa época ya había dejado mi estudio y me había ido a trabajar con él. En la mañana trabajaba en Dalvian y en la tarde en la radio como gerente general. Las radios indiscutidas eran LV10, Libertador y Nacional. Pero ahí empezamos a competir y acá estamos, 40 años después, líderes. Después en el '84 lanzamos Montecristo, la primera FM. Le puse ese nombre por el Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, que era mi héroe de ficción. En el '86 vinieron Supercanal, Primera Fila. Y ya me hice cargo porque mi padre no se metió en los medios.
- La inversión del diario debe haber sido muy grande...
- Bueno, sí. Invertí yo y también Orlando Terranova. Mi padre me ayudó porque entendía el momento, porque también lo perjudicaban a él. O sea, él tenía el barrio Dalvian arrancando y era paliza por todos lados. Todo lo que tocábamos recibíamos cachetazos del otro lado. Y sí, la inversión fue grande. Mi viejo puso el edificio. Compró el lote e hizo el edificio (en calle Pedro Molina, de Ciudad).
- ¿Es verdad que el día que tenía que salir el primer diario la rotativa no arrancó? El mito dice que esa noche estaba Carlos Saúl Menem y se decía que era yeta...
- No, no. Eso fue unos días después o una semana más tarde. Menem fue y la rotativa no arrancó. Pero no fue el día 26 (de junio, cuando comenzó a imprimirse el ejemplar que saldría a la calle el domingo 27).
- ¿Cómo terminaste trayendo a un cubano de Miami para hacer el diario?
- Me habían dicho que en Miami había dos diseñadores muy buenos. Me voy a ver al primero, también cubano y el tipo me dice 'hace una semana me contrató su competidor, Los Andes, para que les rediseñe el diario'. Sabiendo ellos que íbamos a salir nosotros, le pegaron una lavada de cara. Bueno, entonces me voy a ver al otro cubano, el plan B, Carlos Castañeda.
- ¿Y agarró viaje rápido?
- Me atiende Castañeda y me dice 'oye chico ¿para qué tú quieres hacer un diario? Es muy difícil arrancar de cero. Es muy difícil. Oye ¿tú quieres ser gobernador?'. Nooo, qué voy a querer ser gobernador (ríe). Que sí, que no, hasta que finalmente lo convenzo.
- Supongamos que podés viajar en el tiempo y retrocedés 30 años, a 1993. ¿Qué te dirías a vos mismo?
- Le diría que haga lo mismo que hizo. No me arrepiento de nada. Al revés. Porque nunca desatendí a mi familia, ni a mi vida privada, salvo un período muy complicado en el que llevaba una vida muy loca por los tiempos. Pero le diría que haga lo mismo.
- ¿Cómo fue el affaire del espionaje de Los Andes?
- Uno de los Schiappa de Azevedo, creo que Juan Carlos, intenta conquistar a mi secretaria porque quería sacarle información. Le pedía números de circulación, ventas, finanzas. Básicamente, le pedía que robara información. Ella me contó y quedamos en desenmascararlo y un día lo invita a la casa a tomar un café y ahí lo graba. Me acuerdo que anunciamos que íbamos a pasar la grabación por Supercanal a la noche. A las 7 de la tarde no había nadie en las calles de Mendoza. Estaba todo el mundo esperando a ver qué íbamos a mostrar.
- ¿Cuáles fueron las repercusiones?
- Tremendas. Al chico este lo echaron del diario y ahí comenzó un proceso de declinación de Los Andes, hasta que lo venden a una sociedad que se llamaba Cimeco, que eran Clarín y La Nación.
- ¿Cómo se te ocurrió el nombre UNO?
- Hice una lista de 50 nombres. Los discutimos con Carlos Castañeda y con Orlando Terranova. Cuando nos decidimos guardamos el secreto de la marca durante meses.
- ¿Por qué te quedaste con UNO?
- Y... UNO por primero, por "dame uno". UNO por el privilegio de la unidad y porque UNO es uno mismo.
- ¿Qué significan para vos estos 30 años?
- Diario UNO es una marca consolidada, parte de Mendoza. Decís Mendoza y decís Diario UNO. La verdad es que el arranque fue muy difícil. Cuando salimos a la calle se apostaba si íbamos a durar 2 meses o dos años. La verdad es que en ese momento no me planteaba 30 años.
- Contame de ese arranque difícil...
- La competencia era muy dura. Yo mismo iba a ver a los anunciantes. Te cuento un ejemplo. Para la época en que salió el diario había abierto el Mendoza Plaza Shopping. Entonces me fui a verlo personalmente a Jorge Pérez Cuesta padre para que anunciara con nosotros. Me dijo que no podía, que si anunciaba con nosotros la competencia le iba cerrar las puertas. Bueno, como ese caso hay mil.
- ¿Cómo fue el salto al 100% digital y discontinuar la versión papel?
- Fue una decisión difícil. Pensá que era fines del 2018 y principios del 2019. Pero vimos que era lo que venía y que el papel iba a quedar pasado de moda. La pandemia y la velocidad de la tecnología nos lo confirmó.


