

Una inspección de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación detectó serias deficiencias en la infraestructura del puerto de Ushuaia, lo que encendió las alarmas por su capacidad para seguir recibiendo cruceros y buques portacontenedores. El informe describe un cuadro preocupante que podría comprometer la integridad del muelle y afectar el desarrollo de una de las actividades económicas más importantes de Tierra del Fuego.
El relevamiento nacional constató que "los pilotes sobre los que se apoya el muelle se encuentran gastados, partidos o directamente faltantes", lo que evidencia un daño estructural de gravedad. A ello se suma el "desgaste de las defensas" que protegen a las embarcaciones y al propio muelle durante las maniobras de atraque, un elemento crítico en zonas donde las mareas presentan gran amplitud, como ocurre en Ushuaia.
Los inspectores advirtieron que cada barco "roza continuamente la estructura", y que sin defensas adecuadas podrían producirse derrumbes. Este deterioro obliga a realizar obras urgentes para evitar que la terminal marítima quede inoperable durante la temporada de cruceros.

La inspección se realizó luego de la sanción de una ley que quitó al puerto el manejo de sus propios recursos, una medida que, según distintas fuentes, vulneró su autonomía. Frente a esa situación, Nación dispuso una auditoría in situ para evaluar tanto el estado financiero como las condiciones físicas del puerto.
El informe también relevó otras deficiencias vinculadas a la atención de los cruceristas. Se señalaron irregularidades en el uso de los fondos y se identificaron fallas "menores" en materia de seguridad, como la existencia de instalaciones eléctricas sin la protección adecuada, la ausencia de señalización y el fuerte deterioro del pavimento en los accesos al muelle.
El impacto económico de estas falencias no es menor. Para esta temporada, el puerto de Ushuaia prevé recibir 525 cruceros, 40 menos que el año pasado. La reducción marca un quiebre en una tendencia de crecimiento sostenido que venía consolidándose desde hace años.
Empresarios del sector y gremios portuarios habían advertido con antelación la necesidad de ejecutar obras básicas de infraestructura para preservar la operatividad del muelle. Sin embargo, esos reclamos no obtuvieron respuesta.
La situación llevó a que distintas cámaras y sindicatos reclamaran la intervención del Gobierno nacional para garantizar las reparaciones necesarias. "El puerto de Ushuaia es la puerta de entrada a la Antártida y un eje central para el turismo de cruceros; no puede seguir funcionando en estas condiciones", señalaron representantes del sector en diálogo con medios locales.
La expectativa ahora se centra en que Nación defina medidas concretas que permitan sostener la atención a los turistas y asegurar la operatividad del puerto durante la temporada alta. De no hacerlo, Ushuaia podría perder parte de su posicionamiento como destino clave de los circuitos antárticos y patagónicos, con el consecuente impacto sobre el empleo y la economía provincial.


