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La diversidad del árbol genealógico humano se complejizó con una serie de estudios realizados sobre fósiles de mandíbulas que datan de hace dos millones de años. Con las piezas dentales permitieron reescribir la historia de la humanidad.

José Braga, profesor en la Universidad de Toulouse, y Jacopo Moggi-Cecchi, profesor de la Universidad de Florencia, dirigieron el estudio que se publicó en Nature Communications. El mismo se dedicó a analizar dos mandíbulas y un maxilar en África, la cuna de la humanidad.

Fósiles "extremadamente raros" que cambian todo lo que se creía sobre la evolución

Los fragmentos encontrados provienen del valle del Olmo, en Etiopía, y los otros dos en Sudáfrica. El primero fue asociado con el Homo habilis, y los otros con una especie cercana al Homo erectus.

Braga explicó que "estos hallazgos son cruciales porque los fósiles bien conservados de bebés son extremadamente raros, a pesar de que son esenciales para comparar la infancia de los primeros humanos con la de sus parientes más cercanos, los australopitecos".

Su estado de conservación permite ver cambios en los comportamientos o modos de vida de las especies antiguas de humanos.

Las grandes diferencias en el desarrollo evolutivo que descubrió el estudio

Con estos nuevos fósiles se permitió entender cómo crecían los humanos primitivos de hace 2 millones de años. "Las diferencias en las estructuras dentales y óseas son visibles desde los primeros meses de vida", explica el profesor.

Así, se pudo entender que las diferentes especies humanas tuvieron una variada trayectoria de desarrollo.

El árbol genealógico humano: cómo cambia la historia

Con los cambios vislumbrados en el estudio, se cuestiona un árbol evolutivo lineal o simplificado. Moggi-Cecchi sostiene que el árbol "tenía más ramas de las que se pensaba anteriormente".

Los datos lanzados por estos análisis respaldan la teoría de un ancestro común a todas las especies humanas, probablemente anterior a la era Cuaternaria.