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El Alzheimer es una enfermedad que está en aumento en el mundo. Según Mayo Clinic, en 2050 se triplicará la cantidad de personas con esta afección. A pesar de que es un problema que se despierta principalmente en los adultos mayores de 70 años, el primer síntoma suele presentarse mucho antes y no está relacionado con la memoria.
Si bien muchas personas creen que la pérdida de memoria que afecta a cosas cotidianas como olvidar las llaves y no recordar nombres de personas son los primeros signos de deterioro cognitivo, lo cierto es que hay otro sentido.

¿Cuál es el primer síntoma del Alzheimer?
Una investigación realizada por científicos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas y publicada en la revista Nature Communications descubrieron que un proceso en el reconocimiento olfativo está asociado a los primeros síntomas de la enfermedad.
Los doctores Lars Prager y Jochen Herm revelaron que el primer síntoma del Alzheimer ocurre en el proceso olfativo. Según precisaron, un conjunto de células inmunitarias, denominadas microglía, reconocen y absorben fibras nerviosas de una región cerebral la cual transporta señales químicas en el procesamiento del olfato.

El estudio científico que muestra cómo se deteriora el olfato en la primera etapa del Alzheimer
Para la investigación, los científicos usaron ratones modificados genéticamente para desarrollar síntomas similares al Alzheimer. Con tres modificaciones genéticas los ratones generaron niveles elevados de la proteína beta-amiloide tóxica, característica de la enfermedad.
Al examinar las regiones cerebrales en las que se habían dado los primeros síntomas y dónde habían ocurrido los primeros daños nerviosos, descubrieron que las fibras nerviosas locus coeruleus se comenzaron a deteriorar justo en el bulbo olfatorio. Este síntoma se da entre el primer y el segundo mes de edad de los ratones.
Luego de los dos meses,la fibra perdida era de un 14%, aumentó al 27% a los 3 meses y al 33% a los seis. Las regiones del hipocampo y la corteza frontal quedaron intactas hasta momentos más avanzados de la enfermedad.

En el estudio, los científicos lograron identificar una señal química que inicia este proceso a través de la molécula fosfatidilserina, la cual incita a comer las células moribundas. Esta molécula se encontró en las fibras nerviosas dañadas.
El análisis mostró una actividad inusual en las células nerviosas de los ratones afectados: emitían impulsos eléctricos con más frecuencia, lo que provoca que la fosfatidilserina vaya al exterior de la membrana celular, lo que indica a las fibras que deben ser eliminadas.
Para qué sirve esta investigación científica
Los científicos indicaron que este hallazgo podría generar herramientas nuevas que sirvan para la detección temprana de la enfermedad. Así, sólo bastaría una prueba de olfato para determinar que una persona desarrolló una primera etapa de Alzheimer.
Tras el análisis, los expertos indicaron que la actividad de las células inmunes en el bulbo olfatorio aumenta y luego se estabiliza, lo que sugiere que puede encontrarse un momento único para el tratamiento en las primeras etapas, antes que de que active el deterioro cognitivo.
Por último, se dieron cuenta de que en consecuencia de este proceso las células inmunitarias del cerebro en vez de actuar contra el daño parecen participar directamente en la eliminación de fibras nerviosas.
La aparición del Alzheimer comienza entonces con el sentido más viejo, es decir, el olfato. Luego el deterioro progresa exponencialmente, afectando lugares cerebrales propias de "la memoria y el pensamiento superior".


