

Si alguna vez te sentiste exhausto y desconcertado después de interactuar con ciertas personas es posible que te hayas topado con lo que algunos llaman "vampiros energéticos".

El término sin raíces en la psicología formal ganó popularidad al describir coloquialmente a aquellos individuos que, consciente o inconscientemente, absorben la energía de los demás para satisfacer sus propias necesidades.
El equilibrio roto
El director del Instituto de Bienestar Socioemocional (IBEM) UDD, Jaime Silva, desentrañó en diálogo con La Tercera este concepto, al subrayar su utilidad para expresar experiencias comunes en las relaciones interpersonales.

Según el especialista los "vampiros energéticos" son aquellos que priorizan constantemente sus propias necesidadesen una relación y rompen el equilibrio necesario entre las demandas individuales y grupales.
Cuando una persona comienza a "capturar" la atención al igual que el comportamiento y la energía, se crea una dinámica desequilibrada. Entonces, esto lleva a sentimientos de agobio, tristeza y falta de motivación.

Pasividad vs. actividad
Silva explicó que estos "vampiros" pueden actuar de manera consciente o inconsciente:
- La forma pasiva se manifiesta en individuos que se quejan y son ineficientes.
- Por otro lado, la forma activa involucra intentos de manipulación consciente para satisfacer sus propios deseos.
Vampirismo relacional
Cuando este comportamiento se convierte en un patrón sostenido, se clasifica como narcisismo. En relaciones de pareja, puede manifestarse como control y autoritarismo.
Señales de alarma, ¿cómo reconocer la influencia negativa de un vampiro energético?
Estos vampiros energéticos pueden surgir en diversos entornos, como el familiar, laboral o incluso entre amigos cercanos. Para identificar un vínculo afectando negativamente, Silva sugirió prestar atención a la sensación de agobio y la falta de energía para enfrentar actividades diarias.

En tanto, para proteger el bienestar y la salud mental, el especialista compartió tres recomendaciones prácticas:
- Fortalecer la autoestima: el primer paso crucial será cultivar un nivel de autoestima sólido. Esto no solo te permitirá proteger tus propias necesidades, sino que también actuar como un escudo contra posibles interferencias de "vampiros energéticos";
- Promover el autoconocimiento: el autoconocimiento se presenta como una herramienta esencial. Si no sabes lo que necesitas, ¿cómo puedes expresarlo en una relación? Identificar tus intereses y disgustos no solo podrá mejorar tu relación contigo, sino que también enriquecer tus interacciones con los demás.
- Cultivar la empatía: aunque es vital resguardar tus emociones, vivir constantemente preocupado por posibles "vampiros energéticos" no es sostenible. Silva sugiere equilibrar esta precaución con empatía, identificando cuándo las necesidades de los demás son razonables. Establecer esta combinación, junto con una autoestima fuerte y autoconocimiento, será clave para lograr relaciones equilibradas.
Silva destacó que estas tres dimensiones no solo se aplican a lidiar con personas tóxicas, sino también manejar comportamientos propios que van en contra de nuestras necesidades.
En última instancia, aprender a equilibrar las relaciones con otros es un proceso que implicará entender y manejar nuestras propias dinámicas.






