Hogares unipersonales y familias ensambladas, los nuevos modelos de la sociedad argentina

La no convivencia de la pareja o la negativa de las mujeres a ser madres tienen cada vez más aceptación. El modelo de familia convencional pierde terreno

La familia nuclear tradicional está desapareciendo en favor de una cantidad de variedades. El matrimonio se vuelve cada vez más opcional y ahora está disponible entre personas del mismo sexo. Los antiquísimos roles de género se van dejando de lado a medida que los hombres y las mujeres asumen las mismas funciones y esta tendencia mundial es cada vez más habitual en el hogar argentino.


Un estudio de Havas Media compila una serie de datos que dan cuenta de la dimensión de esta tendencia: en Japón, por ejemplo, un tercio de las personas vive sola. Los matrimonios con hijos representaban ya en 2005 apenas el 21% de los hogares, contra el 43% de 1980.
En Francia, hay más personas que viven solas (33% de los hogares) que personas que viven en hogares compuestos por un matrimonio y sus hijos (27%).


En los Estados Unidos, el número de parejas que viven en concubinato aumentó más de mil por ciento desde 1960 y un 40% de los niños que nacen son hijos de madres solteras. Además, más de un cuarto de los estadounidenses viven solos.


En China, el tamaño promedio de las familias disminuyó de 5 personas en la década de 1950 a 3 en 2012. En las zonas urbanas, 45% de los habitantes solteros viven solos: una fuerte ruptura con la práctica tradicional de vivir con los padres hasta el matrimonio.


En Alemania, 40% de los hogares son unipersonales, y la edad media al primer matrimonio aumentó de 23 para las mujeres y 26 para los hombres en 1980 a 30 para las mujeres y 33 para los hombres en 2010.


Según Federico Lamaison, director de Havas Worldwide, "solamente basta ver lo que pasa alrededor de cada uno para ver que en la Argentina la tendencia es la misma".


Según explicó, han cambiado las concepciones de familia desde los Baby-boomers a la Generación X y llegando a los Millenials. "Para ellos, ya no es más papa y mamá y los hijos, o mamá y papá casados", aseguró.


Aun así, analiza la encuesta, el hecho de que menos personas vivan en hogares tradicionales no implica que haya disminuido su encanto: 6 de cada 10 personas a nivel mundial (65% de hombres y 56% de mujeres) dijeron que las personas que permanecen solteras toda la vida (sin relaciones románticas a largo plazo ni hijos) se pierden de una importante parte de la vida. Y, 51% de los encuestados estuvo de acuerdo con que los niños que son criados por sus padres biológicos tienen una ventaja sobre los niños que no.


Asimismo, hay una aceptación generalizada del avance hacia la igualdad entre el hombre y la mujer, pero no a todos les gusta el impacto que ese cambio tiene dentro del hogar. Casi la mitad de los hombres encuestados piensa que es mejor para los hijos que sus madres no trabajen fuera de la casa. Y 4 de cada 10 hombres, junto con casi un tercio de las mujeres, cree que lo mejor para las familias es que el hombre sea el sostén y la figura de autoridad y la mujer, la criadora y ama de casa.


Continuando con el tema de la familia, la mayoría de los encuestados en todo el mundo cree que la tecnología digital e Internet están arruinando la infancia. La cantidad de personas que está de acuerdo con esa afirmación varía entre un bajo 25% en Japón, un país a favor de la tecnología, y un alto 70% en India. Sin embargo, pese al miedo a los efectos que tiene esta nueva vida digital, es vista como algo esencial: más de la mitad de los encuestados cree que los niños que crecen sin acceso a Internet están en una verdadera desventaja. Y la mayoría considera que la tecnología avanzada es algo importante que los padres deben dar a sus hijos.


Para Lamaison, se trata de una tendencia "irreversible, y no se puede tapar el sol con las manos. El tema es cómo ayudamos a los chicos para que (las tecnologías) sean productivas. Los niños con acceso a la tecnología son más inteligentes y tienen más desarrollo", acentuó.
Sin embargo, es un tema de interés porque las personas se preocupan por sus posibles consecuencias, que van desde el aumento en la obesidad infantil hasta la supuesta imposibilidad de las generaciones más jóvenes de inventar juegos. Las marcas están tomando cartas en el asunto para sacar a los chicos del sillón, y de la casa.


"Las marcas ya están listas para afrontar estos cambios", analizó Lamaison respecto de las nuevas familias y la tecnología. "El marketing existe para hacerle la vida mejor a la gente y están para eso. Desde un detergente hasta un yogurt ya te hace un envase más chico para los que viven solos", destacó, entre otros muchos ejemplos de adaptación a tiempos de cambio.

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