Vecinos y municipios protegen "de la calle" a los perros y gatos

Guarderías y programas de esterilización se suman a un sinfín de iniciativas ciudadanas para evitar el maltrato y el abandono de mascotas.

Que la Argentina sea el país de América latina con más mascotas por habitante no quita que entre sus calles circulen perros y gatos sin hogar. Según las últimas encuestas realizadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, son 100.000 los caninos y felinos que se encuentran en situación de abandono en el distrito, es decir, una mascota desprotegida cada 30 habitantes. En grandes ciudades como en urbes pequeñas, la situación por los animales abandonados genera debates en la administración pública y moviliza a miles de vecinos.

Existen muchas soluciones para evitar el problema. Los refugios son la primera opción como respuesta. Entre los destacados, se encuentra El Campito Refugio, una ONG sin fines de lucro, nacida en 2009 en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría, zona sur del Gran Buenos Aires, que tiene una población que ronda los 750 perros y donde cerca de 200 voluntarios trabajan en ese hogar de tránsito, según comentan a El Cronista. Otro ejemplo es el hogar San Francisco De Asís, que hace 28 años trabaja para mejorar la calidad de vida de los animales. Oriundo de Lomas de Zamora, pero ahora instalado en Cañuelas, conviven allí 400 mascotas. En 2015, se entregaron en adopción unos 117 perros, 40% más que el año anterior.

Pero la incapacidad de los refugios, que ya no dan abasto, hace que los municipios comiencen a buscar alternativas para reducir el número de las mascotas descuidadas. Por caso, el departamento de Sanidad y Protección Animal de la Agencia de Protección Ambiental del Ministerio de Ambiente y Espacio Público del gobierno porteño suma la esterilización quirúrgica. La urgencia es grande, ya que, en solo siete años, una perra y su descendencia pueden procrear hasta 5.432 cachorros, mientras que una gata puede llegar a 509.097.

En busca de controlar la natalidad, desde el Gobierno comentan a El Cronista que se realizan 30 castraciones por día de perros y gatos, con o sin dueño, en una campaña de esterilización quirúrgica masiva, gratuita, sistemática y extendida. Siempre enfocándose en el cuidado del animal, los especialistas recomiendan realizar la cirugía a los seis meses, antes del primer celo, ya que reduce al mínimo, es decir, 0,5%, las probabilidades de que contengan tumores hormonodependientes. Por tal motivo la dependencia busca que el animal esté sanitariamente apto, esterilizado, vacunado y desparasitado, ya que tiene más posibilidades de ser adoptado. Se estima que entre el 30% y el 40% de esos perros y gatos sanos pueden conseguir un hogar por medio de los vecinos.

Mascotas argentinas

Según las últimas encuestas realizadas por Millward Brown Argentina, para las marcas de alimento balanceado Pedigree y Whiskas, determinaron que la Argentina es el país de América latina con mayor penetración de animales. El porcentaje de argentinos con mascotas es de un 78%, es decir que, 8 de cada 10 familias tienen un animal en su casa.

El 63% tiene perros, mientras que un 26%, gatos. Estos datos también manifiestan una fuerte tendencia a la humanización de las mascotas, lo que conlleva a un compromiso ciudadano. Movimientos, asociaciones vecinales, ONGs y muchos voluntarios son el reflejo de una preocupación cada vez más instalada entre los vecinos de los municipios. Uno de las más emblemáticos es la asociación civil Proyecto 4 patas, nacida en 2006 que, en 2015, dio en adopción 317 perros y gatos (siendo en 2014 unos 287) y rescató y recuperó a más de 447 en riesgo de vida.

En varios lugares del país también se van gestando diversas propuestas. Por ejemplo, el municipio de Comodoro Rivadavia se evaluó la posibilidad de la eutanasia para solucionar la sobrepoblación de animales que deambulan por las calles. Otro de los casos es en la provincia de Córdoba, donde el compromiso ciudadano es muy alto y se gestan ONGs como DAAS (Derecho Animal a Ser), con la necesidad de abordar la problemática de tantos perros abandonados en la calle y en refugios y o diversas agrupaciones de voluntarios como los denominados 'Sos' o 'La Banda del Colita' en la localidad de Río Cuarto.

La fauna silvestre

Incluida entre los perros y gatos, hay una preocupación que se suma entre los municipios: el tráfico de animales. Esta actividad que, según la ONU, mueve u$s 180.000 millones por año y cuyos ejemplares capturados de modo ilegal terminan localmente en ferias o las tiendas de mascotas o pueden tener como destino la exportación, constituye el tercer negocio a nivel global, por detrás de la venta de armas y de drogas.

Siendo la tortuga terrestre la especie más traficada ilegalmente en la Argentina, seguida por el loro labrador, el tucán, el flamenco y las aves pequeñas, las estadísticas del Ministerio de Ambiente señalan que, de cada 10 ejemplares capturados para venta ilegal, solo uno sobrevive.Sumada a la lista de las prioridades, los gobiernos ya empezaron a poner manos a la obra y a combatir con un problema que crece cada vez más.

Uno de los casos más recientes se dio en los alrededores de la feria de la localidad de Pompeya, situado en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, donde más de 120 animales provenientes del tráfico de fauna fueron decomisados durante un operativo conjunto entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA) y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.

El operativo que halló, en jaulas o en cajas de cartón preparadas para ser vendidas, 118 pájaros como el jilguero y cabecita negra, y reptiles, como el lagarto overo y tortuga, contó con 15 brigadas y 40 uniformados de la Policía Metropolitana, funcionarios de la Dirección de Fauna Silvestre y del Ministerio de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quienes intervinieron por la venta informal. Bajo el marco de la ley 22.421, que establece la conservación de la fauna silvestre, los municipios se lanzan contra la lucha el tráfico ilegal de animales.

"El tráfico no solo afecta el equilibrio de los ecosistemas y a los animales, sino que este flagelo salpica también a la salud pública, por los riesgos que implica para la población la posibilidad de adquirir enfermedades zoonóticas o la captura irresponsable de animales venenosos", afirmó Ricardo Negreira, coordinador de Fiscalización de la Dirección de Fauna, a cargo del operativo.

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