Son necesarios más instrumentos financieros

Desde el principio de año se escucha hablar con insistencia en medios académicos y reuniones de negocios sobre la necesidad de contar con instrumentos financieros adicionales para la canalización del crédito. Este pedido, de quienes producen e invierten, tiene varias explicaciones, limitaciones y condicionantes. La recuperación económica está en franca mejoría, no sólo en Argentina, sino también en el resto del mundo; como en los casos emblemáticos de Brasil o India que sortearon la crisis mundial y la aprovecharon para reconversión y ajuste económico interno.

Los índices muestran un optimismo reflejado a través de cifras de producción agrícola e industrial de los últimos dos trimestres. Pero, ese optimismo se empaña a la hora de las decisiones de gobierno -en todos sus niveles y territorios-, debido a las ya consabidas necesidades públicas de cubrir planes sociales, subsidios y servicios mínimos, entre otras.

Sin inversión extranjera directa, debido a razones políticas, la única opción para el financiamiento la constituye el ahorro interno dirigido al crédito, o sea orientado a la producción.

La variante más directa por la cual el ahorro interno se canaliza es a través de los depósitos en el sistema financiero. Estos requieren, a su vez, derivación a los préstamos para inversión. Es aquí donde los instrumentos financieros juegan un papel relevante porque son los mecanismos legales que los viabilizan, por supuesto con las debidas garantías para el prestamista y mediana certeza para los tomadores, particularmente respecto de riesgos y tasas.

Cheques (diferidos, avalados, patrocinados), pagarés, letras, cauciones, cartas de crédito, warrants o receipts, por nombrar algunos, son los instrumentos más habituales junto a un mix de variantes. Pero hasta donde sabemos, estos instrumentos no son aún suficientes para que el crédito fluya de los depósitos a los posibles tomadores. Tenemos un tonel, continente, con muy pocos grifos, instrumentos financieros, que no alcanzan para descargar una mayor cantidad del contenido que es la masa prestable.

La viabilidad de los proyectos, plasmada en la tasa de retorno, y la efectividad de las garantías para los prestamistas son determinantes para ambos polos de la relación, pero también es importante el medio por el cual se concreta. He aquí la importancia de los instrumentos y la necesidad de ampliarlos, en sus formas puras o mixtas, para que ciertos impedimentos desaparezcan y los proyectos aumenten. Un caso emblemático es el leasing, que requiere mayor impulso y alguna reforma legal para aumentar su utilidad.

Ni siquiera la cuestión fiscal parece una limitante en términos de decisión a invertir, pese a la enfermiza costumbre de remendar a cada rato las reglas para exprimir un poco más la carga fiscal privada con el fin de atender las urgencias públicas.

Para contabilizar más instrumentos financieros se necesitan fundamentalmente regulaciones claras y de sencilla factura técnica. No es una expresión de deseos, es una exigencia para que no se tire por la borda el esfuerzo, sin rédito para nadie.

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