Seda, algodón y lana registran precios récord

Los precios de la seda, el algodón y la lana están subiendo con rapidez debido a que la caída de la producción –consecuencia de una década de valores bajos– se filtró a la cadena de abastecimiento justo cuando comenzó a recuperarse la demanda global de fibras naturales.

Con esta tendencia, es probable que se aumente el costo de las telas, lo que inflará los precios mayoristas o recortará ganancias si las compañías textiles prefieren absorber esas subas.

El precio de la seda se encuentra en su nivel más alto en 15 años, según comerciantes chinos y europeos y el precio de la lana para fabricar alfombras, está en su pico máximo desde 1980, según datos del FMI, si bien los futuros de algodón en Nueva York cotizan cerca de su pico de 14 años.

El alza en el valor de estas materias primas se debe a que hace años que viene disminuyendo la producción. Las fibras artificiales como el poliéster y el nylon desplazaron a las fibras naturales en la fabricación de indumentaria y muebles, lo que provocó un descenso de los precios y llevó a los desilusionados productores a cambiar de cultivo, inclinándose particularmente por la soja.

Los criadores de ovejas giraron su foco hacia la producción de carne; elevaron la proporción de corderos en sus rebaños y, por lo tanto, redujeron la esquila de ovejas. En Australia, el mayor productor mundial de lana, los rebaños de ovejas se achicaron en un 56% entre 1996 y 2008, según datos oficiales del gobierno del país.

Quienes cultivaban algodón descubrieron que era más redituable producir granos.

Según el Departamento de Agricultura de EE.UU, la superficie mundial dedicada a la producción de algodón el este año será la más reducida en más de veinte años.

Mientras tanto, una combinación de precios bajos y presión industrial y humana para ocupar terrenos de la región de Shanghai tradicionalmente productora de seda, llevó a que algunos agricultores abandonen su intento de ganarse la vida criando los delicados gusanos de seda.

La pronunciada caída de la producción se produce justo cuando la demanda se recupera con fuerza, lo que generó una tensión en los mercados nunca vista en años.

El alza de los precios ya golpea a la industria textil.

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