Por Eduardo Rodríguez Diez, director Ejecutivo de la Fundación Capital

Se espera mayor coordinación de las políticas macroeconómicas

La actividad económica se movió a una velocidad promedio de 8,5% anual entre 2003 y 2007. Este año, la economía se encuentra en un sendero de convergencia al equilibrio

El cierre de 2007 ha permitido coronar un lustro de crecimiento económico sin precedentes en el último siglo en Argentina: la actividad económica se movió a una velocidad promedio de 8,5% anual entre 2003 y 2007. Así, nuestra economía se encuentra en un sendero de convergencia al equilibrio en sus variables fundamentales, internas y externas. El pleno empleo de sus factores productivos esta en el horizonte cercano y lo mismo sucederá muy probablemente con la situación de la cuenta corriente, la cual tal vez demore algún tiempo mas en alcanzar el equilibrio.

Por supuesto que todavía hay desafíos en el terreno económico y social. Es necesario que el crédito cobre mayor volumen, para poder apuntalar a la inversión, algo que es fundamental para que la economía crezca a tasas elevadas despejando cualquier presión sobre los precios. A su vez, un crecimiento económico bien robusto es indispensable para facilitar una persistente mejora en la situación de pobreza y sobretodo en la distribución del ingreso. Estas dos dimensiones (financiamiento y distribución del ingreso) son aquellas donde todavía la economía esta rezagada respecto a mejores momentos de otros períodos.

Saliendo de las tendencias de largo plazo, y adentrándonos en el análisis de coyuntura de lo acontecido en 2007 y las perspectivas y desafíos para 2008, resulta oportuno poner en blanco sobre negro las oportunidades que se le abren a Argentina este año.

En 2007, con el transcurso del año fue creciendo la divergencia en la dinámica del gasto público respecto de otras variables económicas centrales. Para graficarlo, mientras que el PBI nominal, los salarios y los agregados monetarios corrían a una velocidad cercana al 20% anual, las erogaciones del sector público prácticamente duplicaban ese ritmo de crecimiento, en medio de un año electoral, donde la inversión pública, los subsidios y el incremento en el pago de jubilaciones lideraron esa tendencia.

Así, el reclamo de mayor coordinación y convergencia de dos de los principales brazos de la política económica, la fiscal y la monetaria, ha inundado las columnas de diarios y revistas en los últimos meses.

En ese sentido, la dinámica del gasto viene mostrando una desaceleración mes tras mes, desde el pico que alcanzara allá por julio (+55% i.a.), cerrando el 2007 con una expansión interanual en torno al 35%/40% i.a.. Asimismo, la presentación del presupuesto y del programa monetario 2008 deja planteada la posibilidad de hacer realidad esa mayor coordinación y convergencia entre las políticas fiscales y monetarias.

La continuidad de la tendencia decreciente en la tasa de crecimiento del gasto público mes tras mes será crucial para anclar las expectativas inflacionarias de los agentes económicos. Ello va a ser clave para viabilizar la negociación de la pauta salarial de este año, donde hoy encontramos posturas extremas: la patronal argumentando que no pueden dar aumentos de más del 10-15% sin que ello repercuta en los precios, y los gremios reclamando incrementos del 25-30%. Seguramente, cuando se cierre el año que estamos iniciando, el salario habrá evolucionado a una tasa intermedia, en línea con la dinámica esperada para el PBI nominal, los agregados monetarios y el gasto público.

De este modo, el anclaje de las expectativas de los agentes económicos, a través de una mayor coordinación de las políticas fundamentales (monetaria, fiscal y de ingresos) es clave para el momento que vive Argentina. En primer lugar, ayuda a reforzar la percepción de consistencia macroeconómica de Argentina, gracias al mayor margen de maniobra que la Tesorería y el BCRA podrían lograr con el incremento del ahorro primario. En segundo término, favorecería al estiramiento de horizonte para la toma de decisiones de los agentes económicos (empresarios y familias). Acá es muy importante la decisión del Banco Central en su Programa Monetario, año 2008, de tener siempre proyecciones móviles a doce meses de la cantidad de dinero transaccional, a medida que vayan transcurriendo los sucesivos trimestres. Tercero, debería reforzar la mejora de la situación social a través del crecimiento del empleo y mejora de su calidad y el aumento del salario real. Todos estos elementos, que hacen a la mejora de la percepción de la situación económica y social del país, sin lugar a dudas son claves en un contexto internacional de crisis financiera sin final a la vista.

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