PLANIFICACIÓN Y TRABAJO, LAS CARTERAS M S BENEFICIADAS

Reparto discrecional de fondos se duplicó en 2007

La Jefatura de Gabinete redistribuyó por afuera del Presupuesto original 31.352 millones de pesos. Se espera que la tendencia siga en aumento durante este año por la inflación

El reparto discrecional de recursos llegó a 31.352 millones de pesos en 2007. Los ministerios de Trabajo y Planificación fueron los más beneficiados con ingresos extra de $ 10.000 millones por encima a lo presupuestado. La recaudación no prevista se destinó a paliar la crisis energética y a incrementar los haberes jubilatorios. Si se mantienen los precios internacionales de los commodities, la subestimación de recursos en 2008 sería incluso mayor a la del año pasado y permitiría un alza de la discrecionalidad.

El reparto por afuera del Presupuesto más que duplicó los $ 13.895 millones de ampliación en 2006. La Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) precisó que la cartera que maneja Julio De Vido recibió el año pasado $ 24.932 millones, una suba de 76,2% frente a los $ 14.148 millones pautados en el Presupuesto. Las transferencias al sector privado para frenar la escalada de precios al transporte y la ejecución de obras para paliar la crisis energética captaron la mayoría del adicional.

Para la cartera de Carlos Tomada, los $ 44.913 millones iniciales se convirtieron en $ 56.602 millones al cierre del año, una suba de 26%. Trabajo tiene en su órbita a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS), que vio elevado su Presupuesto para financiar subas de haberes jubilatorios.

Entre los que más obtuvieron del reparto del jefe de Gabinete, el Ministerio de Economía recibió $ 2.000 millones, y Desarrollo e Interior $ 1.000 millones cada uno. A través del artículo tercero de la Decisión Administrativa 1/08, el jefe de Gabinete estableció las reglas para que las jurisdicciones efectúen modificaciones presupuestarias durante el ejercicio, exceptuando las decisiones que impliquen incrementar los gastos corrientes en detrimento de los gastos de capital o las aplicaciones financieras, y las que impliquen un cambio en la distribución de las finalidades. De esta forma, las jurisdicciones tendrán mayor independencia y margen de maniobra para hacer modificaciones a los créditos asignados.

Para el corriente ejercicio se estimó un total de gastos por $ 161.486 millones y un volumen de ingresos por $ 169.462 millones, por lo que el superávit financiero (que incluye el pago de intereses de la deuda) llegaría a $ 7.976 millones. En 2007, el ahorro final llegó a $ 9.600 millones, 20% menos que el año anterior pero el deterioro es aún mayor si se considera en términos reales (con el impacto de la inflación) o en relación al Producto Interno Bruto (PIB). En tanto la recaudación alcanzó $ 200.000 millones, muy por encima de los $ 169.000 millones proyectados.

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