NEGOCIAN CON LOS COMERCIOS DESCUENTOS ESPECIALES PARA IMPULSAR EL SISTEMA

Reducirán el IVA a beneficiarios del Plan Jefas para que usen tarjeta

Con la disminución de presión tributaria, el subsidio pasará de $ 150 a $ 180. La baja de la tasa será mayor a 5 puntos y tendrá un costo cercano a $ 300 millones al año

El Gobierno cederá cerca de 300 millones de pesos de recaudación para disminuir la tensión con los piqueteros. La transferencia se hará a partir de la rebaja del IVA a las tarjetas plásticas para los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar. Además, se negocia con los comercios otorgar descuentos especiales en supermercados y negocios minoristas.

Si bien las cartas aún están sobre la mesa, se decidió que la baja en la alícuota del IVA para los beneficiarios del plan social será mayor al 5% que rige para tarjetas de débito. No se descarta incluso que queden exentos del gravamen. Esto se debe a que una gran proporción de bienes de la canasta básica de alimentos se grava con una tasa de 10,5%, por lo que una rebaja mayor a 5% prácticamente eliminaría la incidencia del impuesto en el precio del bien.

En la negociación con las cámaras comerciales y la implementación del programa interviene un equipo técnico formado con integrantes de los ministerios de Trabajo, Economía y Desarrollo Social.

El objetivo es complementar la baja de presión tributaria con descuentos especiales. A los comercios les sería rentable asegurarse el universo de consumo de los planes, que asciende a $ 3.600 millones al año. De otra forma, ese dinero se destinará en muchos casos a vendedores ambulantes y a la economía en negro.

Con ese anzuelo, se busca el ofrecimiento de descuentos adicionales, que rondarían 15% sobre bienes de consumo básico, pero también sobre prendas de vestir y otros artefactos para que el impacto en el bolsillo sea mayor.

Respecto al IVA, el fisco absorberá un costo en recaudación que se añade así al descuento que actualmente tienen las tarjetas de débito, en cinco puntos, y las tarjetas de crédito, en 3 puntos.

El mecanismo funcionaría con la apertura de una caja de ahorro en el Banco Nación para cada beneficiario dónde se depositaría todos los meses los

$ 150 de asistencia, suma que pasaría a tener un poder adquisitivo de $ 181.

Sin embargo, será necesario romper la resistencia de las agrupaciones sociales beneficiarias de los planes, insatisfechas con la propuesta. Varias de estas organizaciones manejan los planes a discreción, en efectivo, y no les resulta conveniente el cambio de modalidad al plástico, que blanquearía el sistema. También se argumenta que la tarjeta social perjudicaría a los comerciantes de barrio, que no tienen la tecnología para cobranzas electrónicas (posnet).

Lo cierto es que las irregularidades en el manejo de los planes de ayuda fueron criticadas por el Fondo Monetario Internacional y por diversas ONG que denunciaron la turbia administración de los fondos, vinculada a punteros políticos. Si bien los recursos contribuyeron a paliar las urgencia social en el momento más duro de la crisis, se conocieron casos de familiares de funcionarios que cobraban el subsidio, o de mujeres que sufrían abusos como condición para recibirlo.

El titular de Economía, Roberto Lavagna, y el secretario de Hacienda, Carlos Mosse, anticiparon este mes que el sistema de tarjetas estará en pleno funcionamiento a comienzos de 2004. Sin embargo, hay quienes consideran que podría demorarse por la complejidad de su puesta en funcionamiento.



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