Recuento de una semana de locos

n Lunes. Las noticias no fueron buenas. Wall Street había cerrado en baja el viernes anterior y se sabía que la agencia Fitch había bajado la nota de Ambac Financial, una de las dos principales aseguradoras de bonos. Se esperaba que eso no importara mucho a los operadores de Asia, pero no fue así. Los temores sobre su actividad en el sistema financiero se habían intensificado, porque todavía se sentían los efectos de la crisis del crédito del año pasado. Estas entidades pasaron a encarnar la preocupación de que se derrumbara la infraestructura financiera.

En EE.UU todo estaba tranquilo porque era feriado. Pero a la tarde, el presidente de la Reserva Federal se reunió con sus colegas para discutir las acciones a tomar. Sin que lo supiera el resto del mercado, Société Générale estaba contribuyendo con la corrida vendedora.

n Martes. Se disipa cualquier esperanza de alivio. Los mercados asiáticos y europeos soportan otro día de salvajes ventas. Sin embargo, durante la jornada la Fed anuncia un recorte de tasas de 75 puntos básicos, y las acciones pasan a descansar cómodamente arriba del nivel que indicaban los futuros de S&P.

n Miércoles. Vuelven los tiempos felices en Asia. En Europa, donde SocGen todavía estaba desarmando posiciones, los operadores se sienten menos seguros, y el FTSE-Eurofirst cae más de 3%. En EE.UU., el mercado tuvo que enfrentar una mala noticia relacionada con Apple, el titán de la economía de consumo, y los horribles resultados de Motorola, que reflejan una desaceleración del consumo.

Los operadores empiezan a rumorear que la Fed haría otro recorte de emergencia y las acciones empiezan a subir.

n Jueves. Las acciones de Asia disfrutan otra notable recuperación, pero nadie lo recordó cuando surgió otra sorpresa. Fue el momento de fama de Jérôme Kerviel. La noticia de la inmensa pérdida de SocGen fue asombrosa. Pero el índice de bancos FTSE-Eurofirst 300 ganó 6% en las primeras horas. En vez de sorprenderse de las pérdidas de SocGen, los inversores en cambio se sentían aliviados por haber encontrado una explicación lógica para las caídas de la semana anterior.

Mientras tanto, en Wall Street, algo se estaba gestando. Datos de EE.UU. indicarían que la economía del país no estaría desacelerándose tanto.

n Viernes. Esta vez la noticia provino de Sudáfrica, donde el cierre de minas de oro indicaron que la oferta del metal precioso se vería aún más restringida. Como resultado, se produjo una suba repentina del oro. Las acciones asiáticas volvieron a los niveles de principios de la semana, Europa se recuperó y en EE.UU. los resultados de Microsoft brindaron confianza donde Apple había generado temor.

Noticias de tu interés