¿Qué candidato conviene hoy más a la Argentina?

Las políticas que adopte el nuevo presidente de EE.UU. tendrán impacto sobre el precio del petróleo, la solidez del dólar y la cotización de los commodities agropecuarios. ¿Clinton, Obama o McCain? El debate está servido

¿Clinton, Obama, o McCain? La pregunta del millón por estas tierras es qué candidato le conviene más a la Argentina. El hombre que finalmente desembarque en la Casa Rosada podría generar efectos muy distintos sobre variables clave, como el precio de petróleo, el valor de los commodities, o la cotización del dólar. Todos factores que inciden significativamente sobre la marcha de la economía argentina.

De partida, los principales candidatos que hoy lucen con chances de convertirse en el próximo presidente de los Estados Unidos proponen planes de impulso fiscal para sacar a la mayor economía del mundo de una eventual recesión. Ello de por sí es una buena noticia para la Argentina, porque podría tranquilizar los ánimos en los mercados mundiales y reabrir el mercado de créditos para que el país salga a colocar un bono que permita ir financiando el año en curso.

Pero si bien los candidatos tanto republicanos como demócratas proponen planes de estímulo fiscal, existen grandes diferencias entre el programa de unos y otros. A comienzos de la década, el actual presidente George W. Bush promovió un paquete de incentivos fiscales que sumado a la posterior la campaña bélica en Medio Oriente devoró el ahorro que había logrado la anterior administración de Bill Clinton. “Como un republicano, me presento ante ustedes avergonzado. Avergonzado de que hayamos dejado que el gasto se salga de control , admitió durante la campaña John McCain, en un intento por separarse de la alicaída imagen de Bush.

Sin embargo, McCain quiere mantener los incentivos fiscales para los ricos que promovió el actual presidente, mientras que los principales candidatos demócratas impulsan usar ese dinero para ayudar a otros sectores. En concreto, Hillary Clinton y Barack Obama proponen modificar las exenciones impositivas del plan Bush a hogares con ingresos menores a u$s 250.000. Por su parte, McCain también impulsa eliminar un tributo que recauda u$s10.000 millones, el Impuesto Mínimo Alternativo, para estimular la economía. Clinton no ahorró detalles para calificar el plan que propone el gobierno republicano: “no creo que sea suficiente ; sentenció durante la campaña la senadora por el estado de Nueva York. “Deja fuera a 50 millones de trabajadores , la gente que tiene ingresos fijos, los de mayor edad , agregó.

Si nos guiamos por las últimas experiencias en el gobierno de republicanos y demócratas, estos últimos mostraron mayor firmeza fiscal. Si esa línea se mantiene, un victoria de Clinton u Obama podría asociarse con un dólar más fuerte. Ello favorecería nuestras exportaciones (peso devaluado) frente a la divisa estadounidense.

Pero la mala noticia para el país es que los períodos de dólar fuerte suelen estar asociados con un caída en los precios de los commodities agropecuarios. Lo que obviamente perjudicaría a la economía argentina. Otros analistas, en cambio, afirman que la histórica relación entre el dólar y el precio de los commodities ya no corre más a partir de la incursión de China e India como grandes demandantes mundiales de alimentos.

Mientras McCain apoya enfáticamente la guerra en Medio Oriente, los demócratas abogan por sacar las tropas estadounidenses de la zona. Obama lo quiere hacer inmediatamente, mientras que Clinton propone por un retiro gradual.

Nadie duda que una victoria republicana en las elecciones presidenciales sostendrá los precios del petróleo en torno a los u$s 100 por un largo período. Pero si triunfan los demócratas, ylas fuerzas estadounidenses se retiran efectivamente de Irak, los valores del “oro negro podrían desplomarse.

Para la Argentina el impacto de una variación de los precios del petróleo es ambiguo. Si bien actualmente un alza del petróleo es una buena noticia para el país (es exportador neto), de cara al futuro esta situación podría revertirse generando con cada dólar que aumenta el crudo un verdadero dolor de cabeza para las arcas públicas. El propio Estados Unidos, Chile, o inclusive México hoy padecen este flagelo. Es que según los especialistas, al país le quedan no más de ocho años de reservas antes de convertirse en importador neto de petróleo.

Más allá de quien resulte electo como nuevo presidente de los Estados Unidos, la clave pasará por mantener una política económica que minimice el impacto de los vaivenes internacionales. En términos de metáforas futbolísticas, los analistas recomiendan “preocuparse más por cómo juega nuestro equipo, que por lo que hará el rival .

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