LOS ENVASES DE CARTÓN PASARON DEL 60% AL 43% DEL MERCADO

Por primera vez, se vendió más vino en botella que en tetra brik

Se frenó por segundo año la caída del consumo. Se bebe un tercio menos que en los ‘70, pero de más calidad. Las botellas captaron el 47,4% del mercado, frente a 15% de 1991

A pocos días del inicio de la tradicional fiesta de la Vendimia, las bodegas celebrarán esta nueva cosecha con una doble satisfacción. En el terreno externo, 2007 marcó un nuevo récord de exportaciones, con u$s 647,5 millones por vinos y mostos, según informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Y, este año, se prevé superar la barrera de los u$s 800 millones, lo que significaría duplicar lo exportado en 2005.

Pero, además, el mercado interno volvió a generar buenas noticias. Por segunda año consecutivo, el consumo local de vino no disminuyó, un resultado que sólo se verificó cuatro veces en los últimos 17 años. El despacho de vino fraccionado creció 0,97%, a 11,1 millones de hectolitros, cifra que asciende a 11,16 millones (un 0,56% más) si se suma la salida a granel.

Si bien el consumo cerró así casi en 30 litros per cápita, un tercio de lo que se bebía en los ’70 por persona, los resultados también verificaron una tendencia iniciada en los ’90: se toma menos, pero de mejor calidad. De hecho, el año pasado la venta de vino en botella superó, por primera vez en la historia, la de tetra-briks: los envases de vidrio crecieron 7,12%, al sumar 5,25 millones de hectolitros (un 47,35% del total despachado), mientras que los de cartón perdieron 2,1%, hasta 4,84 millones (43,67% del total). Peor resultado registro la damajuana, un envase muy extendido en los ’70 y ’80 y hoy en vías de desaparición: disminuyó 11,55%, a apenas 1,12 millón de hectolitros (el 8,93% del total). Los tetra habían comenzado a crecer firme en los ‘90, a expensas de las damajuanas, que entonces captaban buena parte del mercado interno: por caso, en 1993, las damajuanas captaban el 48% de las ventas de vino fraccionado; los tetra-brik, el 27,6% y las botellas tan sólo el 24,2%. A partir de allí, la ecuación comenzó a revertirse, a favor de los envases de cartón, que llegaron a captar nada menos que el 60,7% en 2001, su mejor momento.

Por otro lado, el 17,5% de los vinos vendidos fueron varietales, el 2,2% espumantes, que crecieron el 15,2 por ciento.

Si bien el freno a la caída en el consumo interno y el récord en exportaciones son alentadores, aún queda mucho por hacer. El 74,2% de los 15,04 millones de hectolitros elaborados se vendieron en el país, mientras que menos del 8% se despachó al exterior. El 17,8% restante quedó en stock. Mendoza despachó el 77,5% del total en el país y el 87,3% en el exterior, frente al 15% y 6,8% de San Juan.

La Argentina puede aún ganar terreno en el exterior. Chile, que produce bastante menos y posee un mercado interno acotado, comenzó a promocionarse muchos años antes en el mundo. Hoy, factura unos u$s 1.200 millones por exportaciones, casi el doble que la Argentina.

A través del Plan Estratégico Vitivinícola 2020, el sector prevé llegar a u$s 2.000 millones ese año, que equivalen al 10% mundial, frente a poco menos del 2% que capta hoy, pese a ser uno de los mayores productores del planeta.

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