EN ESTADOS UNIDOS LA CELEBRACIÓN MUEVE U$S 7.000 MILLONES AL AÑO

Noche de brujas y facturación

Como todos los 31 de octubre, las calles de Estados Unidos se llenaron, una vez más, de Dráculas, Cleopatras y Hombres Araña, y los bares y restaurantes celebraron la buena facturación. Más allá de lo pintoresco de la ocasión, Halloween es un verdade

Cenicienta, Superman, la Mujer Maravilla. ¿Quién no soñó alguna vez con transformarse en alguno de estos personajes de la pantalla grande y de la televisión? Al menos una vez al año, los estadounidenses se dan el gusto.

En Halloween, la consigna es disfrazarse y olvidar las penas, y nadie escapa a ella. Todos, grandes y chicos, salen a la calle con trajes que van desde el más sencillo al más sofisticado, para celebrar una fecha que tiene más de mito que de verdad.

Así, el 31 de octubre a la noche (el viernes pasado), fue perfectamente posible cruzarse, en la vereda o en el subte, a Cleopatra, Drácula o a la Abeja Asesina. Pero esta fiesta tradicional no escapa a los ojos de los comerciantes: se convirtió en un negocio que mueve unos 7.000 millones de dólares al año, y que sólo es superado por las ventas de Navidad.

Los bares y restaurantes prepararon fiestas, con bebidas y comidas especiales para la ocasión. No faltaron tragos como La pócima de la bruja o El beso mortal, que consisten en fuertes mezclas a base de vodka o gin. Hubo platos especiales como goulash de calabaza o unos Espaguetis a prueba de vampiro, con mucho ajo.

La última moda son las casas embrujadas. Hay unas 700 en todo Estados Unidos, ambientadas para quienes quieren disfrutar del terror.

Gracias a las películas de estreno este año, los disfraces más solicitados por los chicos tuvieron que ver con personajes de Hollywood. Así el número uno fue el de pirata, por Los Piratas del Caribe, de Disney. La política también tuvo un lugar en la noche de brujas. Las máscaras más vendidas fueron las de George W. Bush, Bill Clinton y Arnold Schwarzenegger.

En la Argentina, la facturación es mucho más modesta. La celebración puso pie recién a mediados de los ‘90, y al menos por ahora, se trata de una movida más comercial que cultural. AOL organizó un desfile de modelos top en la discoteca Buenos Aires News, mientras que el Sheraton hizo una fiesta para agasajar a todas los pilotos y azafatas que se encontraban en el país ese día, y que se alojan en cualquier hotel cinco estrellas de la ciudad. La heladería Persicco también experimentó con la introducción del helado de calabaza.

En realidad nadie sabe bien qué contestar a la pregunta de por qué se festeja la noche de brujas, o cuál es el sentido de decorar las casas con calabazas. La palabra Halloween es una deformación de la frase All Hallows Eve, que en inglés es la víspera del Día de todos los Santos, el 1º de noviembre. La leyenda dice que esa noche los espíritus de los muertos buscan a los vivos para poseerlos, como única salida a la vida después de la muerte. En consecuencia, los vivos se disfrazan con trajes para aventar a las almas perturbadas. En los Estados Unidos, la costumbre fue introducida por los irlandeses a mediados del siglo XIX, y adoptaron el uso de las linternas con calabazas, en vez de utilizar los nabos, que originalmente iluminaban todos los 31 de octubre, en Europa.



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