Aumenta el escándalo

Más acusaciones por irregularidades en la gestión de los fondos mutuos de EE.UU.

La renuncia de Richard Strong, presidente de la empresa que lleva su nombre, y las acusaciones contra Invesco Funds se suman a la larga lista de acusados de realizar prácticas perjudiciales para los inversores.

Aumenta el escándalo, que explotó semanas semanas atrás, por las reiteradas irregularidades en la gestión de fondos mutuos en Estados Unidos. La renuncia de Richard Strong, presidente de la empresa que lleva su nombre, y las acusaciones que pesan sobre Invesco Funds se suman a una larga lista de empresas acusadas de realizar prácticas dañinas para los inversores.

Strong, que fundó la empresa hace 29 años y de la que posee el 85%, pasó a engrosar la lista de directivos que han abandonado su cargo en medio de acusaciones sobre irregularidades en la gestión de fondos mutuos, un sector que representa siete billones de dólares.

El ex presidente y fundador de Strong Financial Corporation informó el martes de su dimisión en un intento de preservar los intereses de los inversores y garantizar el futuro de la compañía.

El fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, le acusó de haber obtenido u$s 600.000 en beneficios en cinco años de transacciones irregulares con este fondo, que gestiona actualmente más de u$s 40.000 millones.

En cuanto a Invesco y su gerente general, Raymond Cunningham, se unen a los individuos y entidades acusadas de prácticas dañinas para los inversores.

Al menos una docena de empresas son investigadas por las fiscalías de Nueva York y Connecticut, y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC), y varias cooperan con las autoridades.

El ex director ejecutivo de Putnam Lawrence Lasser y los cofundadores de Pilgrim Baxter & Associates Gary Pilgrim y Harold Baxter, figuran entre los que recientemente han tenido que abandonar sus cargos como consecuencia del escándalo.

Este surgió a principios de septiembre, cuando Spitzer anunció que investigaba a diversos fondos por transacciones sospechosas que habrían perjudicado a sus inversores y facilitado millones de dólares en beneficios a algunos directivos y operadores.

Fue el mismo Spitzer quien anunció el martes la inculpación de Invesco, filial de la compañía inglesa Amvescap -una de las mayores firmas de gestión de activos en Europa- y su máximo ejecutivo.

Según la fiscalía, la firma permitió que ciertos clientes realizaran más operaciones de las que autorizaban anualmente al resto de sus clientes, lo que a juicio de las autoridades se tradujo en pérdidas para estos últimos.

El fiscal indicó que las operaciones cuestionadas implicaron el movimiento de unos u$s 900 millones.

En respuesta al fiscal, Invesco emitió un comunicado en el que negó rotundamente las acusaciones e informó de que cualquier cargo contra la empresa o sus empleados será “respondido vigorosamente .

Las acusaciones han supuesto retiradas de activos también para otras empresas del sector y llevado a que algunas de ellas, como Merrill Lynch, tomaran medidas contra empleados que realizaron transacciones indebidas para demostrar su voluntad de sanear la situación.

El escándalo tiene gran importancia porque los fondos mutuos fueron presentados durante años como la opción más segura para pequeños inversores por su diversificación y la seguridad de gestión, y 95 millones de estadounidenses han invertido en ellos.

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