SEGUNDA PARTE LECCIONES QUE DEJARON SEIS MESES DE TURBULENCIAS EN LOS MERCADOS

Los grandes bancos centrales estudian opciones para enfrentar nuevas crisis

Consideran dejar en pie los acuerdos de swaps cambiarios para ser usados en momentos de crisis y prestar cantidades ilimitadas a un día, a una tasa de penalizació n muy baja

La Reserva Federal constató que los bancos comerciales pasaban por alto sus inyecciones de liquidez y recurrían furtivamente a la inagotable fuente de dinero de los bancos de préstamo federales. Estos bancos cooperativos mayoristas, dependientes del gobierno de Estados Unidos, ofrecieron una cantidad sin precedentes de préstamos con garantías vinculadas a la vivienda, alcanzando una tasa anualizada de u$s 750.000 millones de en el tercer trimestre de 2007, el último del que hay datos disponibles.

No obstante, en diciembre, la Fed decidió adoptar una nueva política introduciendo un sistema temporal de subastas (TAF, por las siglas en inglés), que permitía a los bancos pujar por una cantidad predeterminada de dinero mensual a cambio de una gran variedad de garantías. Esta fue una nueva herramienta para que la Fed evitara recurrir a los operadores del mercado primario. Dado que parece que esta herramienta funcionó relativamente bien, la Fed se plantea adoptar este sistema de forma permanente y utilizarlo como su principal recurso en tiempos de falta de liquidez.

En Europa, al comienzo de la crisis el BCE tuvo la ventaja de contar con herramientas mucho más modernas y flexibles que las de EE.UU. Hubo, además, otro aspecto que, de manera inesperada, resultó ser ventajoso. Cuando hace diez años se creó el Banco Central Europeo, la institución intentó combinar toda la normativa de los bancos centrales de los países miembros en lo referente a las garantías que podían utilizar los bancos privados cuando recibieran fondos del banco central. La lista era tan extensa que, cuando había problemas de liquidez, los bancos privados podían recurrir a un sinfín de activos –desde préstamos hipotecarios a bonos gubernamentales– y utilizarlos como garantía para conseguir fondos.

El BCE también demostró un alto grado de flexibilidad con una rápida intervención para realizar préstamos a tres meses en lugar de a un día. Esta medida ayudó a suavizar los efectos de la crisis de los mercados monetarios a tres meses. No obstante, la institución europea no siempre ha sido tan generosa como parece. Aunque el banco ocupó los titulares en agosto por ampliar los préstamos a niveles muy superiores a los habituales, pocos se percataron de que poco después de inyectar liquidez, la institución la retiró. Para poder controlar las tasas overnight, el BCE insiste en que los bancos comerciales mantenan cierta cantidad de dinero predeterminada disponible en sus registros y penaliza a aquellos que retienen demasiado dinero. Por tanto, si el BCE inyecta dinero un día, a menos que lo retire poco después, los bancos comerciales necesitarán desesperadamente prestar dinero para evitar penalizaciones, provocando un descenso de las tasas overnight, socavando así la capacidad del BCE de mantenerlas en el nivel deseado.

Ahora, los grandes bancos centrales están considerando otras dos ideas: dejar en pie los acuerdos de swaps cambiarios para ser usados en momentos de crisis y prestar cantidades ilimitadas a un día, a una tasa de penalizacion muy baja, si las circunstancias se ponen muy serias. De hecho, esto implicaría que los bancos centrales se hagan cargo de los balances de los bancos.

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