Las medidas podrían llegar demasiado tarde

Es la economía, estúpido. Con una elección asomándose, la Casa Blanca y sus potenciales residentes están ansiosos por demostrar que están haciendo todo lo posible por evitar una recesión en EE.UU.

El presidente pidió una reducción de la carga impositiva que afrontan empresas y contribuyentes por el equivalente a 1% del PBI, aproximadamente u$s 140.000 millones. A primera vista, es viable ya que el déficit, estimado en 1,7% del PIB en 2008, es inferior al de la mayoría de los países del G-7. Por otra parte, las devoluciones fiscales y los menores ingresos por impuestos como resultado de cualquier desaceleración podría fácilmente subir esa cifra. A más largo plazo, los reembolsos fiscales deben pagarse en otros impuestos o en mayores costos del endeudamiento. Dicho eso, los políticos tienden a concentrarse más en el aquí y ahora, o al menos los meses que restan hasta noviembre.

Desafortunadamente, es probable que el plan sea insuficiente y haya llegado demasiado tarde. La caída de los precios de las viviendas está consumiendo la riqueza de las familias a un ritmo alarmante. Merrill Lynch estima que el golpe al gasto de los consumidores durante 2008-2009 podría ser de u$s 360.000 millones, cifra que duplica, y más, el paquete de estímulo.También hay obstáculos que impiden que los reembolsos realmente impulsen el consumo. Es posible que las devoluciones se destinen a pagar compras pagadas con tarjetas de crédito. La ayuda es bienvenida, pero sería un paliativo y no una cura.

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