Las Cumbres de las Américas han unido al hemisferio como nunca antes

En junio de este año la antorcha de la Cumbre de las Américas pasó de un extremo del hemisferio al otro, del Canadá a la Argentina. En la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, en Santiago de Chile, la Argentina asumió oficialmente la presidencia de la Cumbre, sucediendo a Canadá en ese papel. Se espera que la próxima Cumbre total tenga lugar en este país en 2005, aunque también habrá una Cumbre Extraordinaria en México en enero de 2004.

La Cumbre de las Américas de la Argentina será el cuarto evento de este tipo y continuará la tradición de las cumbres previas de Miami (1994), de Santiago (1998) y de la ciudad de Quebec (2001). A través de este proceso de Cumbres los 34 países del hemisferio participantes han construido una agenda equilibrada de cooperación, solidaridad y acción colectiva, una visión de las Américas como un espacio común, unido no solo por continuidad geográfica sino también por valores y metas compartidos.

Gran parte de la atención de los medios de comunicación en lo que hace a la agenda de la Cumbre de las Américas se centró en las negociaciones para un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El éxito de esas negociaciones nos dará una poderosa herramienta para mejorar el crecimiento económico de la región. Es importante reconocer, sin embargo, que estas negociaciones son sólo un componente más dentro de lo que hoy en día es un espectro sumamente amplio de cooperación hemisférica.

En la Cumbre de las Américas celebrada en Canadá, en la ciudad de Quebec en 2001, se llegó a un acuerdo sobre un Plan de Acción de gran alcance. Los tres temas centrales fueron el fortalecimiento de la democracia, la creación de prosperidad y el desarrollo del potencial humano. En cada una de estas áreas el proceso de Cumbres ha hecho un firme progreso desde la Ciudad de Quebec.

Uno de los logros más importantes ha sido la Carta Democrática Interamericana, aprobada en una Asamblea Especial de la OEA en Lima, Perú. El contenido dramático y simbólico de este evento se hizo aún más evidente por el hecho de que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2001, apenas unas horas después del ataque terrorista contra las torres gemelas del Centro Mundial de Comercio. Nuestro común compromiso para con los principios democráticos, los derechos humanos y el buen gobierno está en el centro mismo de la agenda de la Cumbre de las Américas y es el foco que concentra una gran parte de nuestro esfuerzo colectivo.

En lo que hace a lo económico, el proceso de Cumbres comprende no solo las negociaciones del ALCA sino mucho más. Proporciona una fuerza catalizadora e ímpetus coordinados para los esfuerzos hemisféricos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Panamericana de la Salud y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Asegura una amplia cooperación y diálogo regional sobre desarrollo económico sostenible y socialmente incluyente, a través de reuniones regulares de los ministros de Trabajo, de Salud y de Medio Ambiente, entre otros, provenientes de todas partes de las Américas. También promueve esfuerzos centrados en áreas prioritarias y de importancia fundamental para el desarrollo económico a largo plazo. Un buen ejemplo de esto es la agenda de conectividad, para la que Canadá, que es un líder mundial reconocido en e-learning (educación a distancia) y gobierno digital, donó 20 millones de dólares canadienses con el fin de fundar un Instituto para la Conectividad en las Américas (ICA).

Al prepararse para ser sede de la Cumbre de las Américas de la Ciudad de Quebec, Canadá puso más énfasis que nunca en llegar a todos los segmentos de la sociedad y en desarrollar una agenda con una visión amplia. Desde esa Cumbre, temas tales como la educación, la salud, la igualdad de género, han ocupado un lugar importante en el plan de acción hemisférico. Y sin duda continuarán ocupando un lugar importante durante la presidencia de la Argentina.

El proceso de Cumbres de las Américas ha unido al hemisferio como nunca antes. Al pasar la antorcha de la presidencia de la Cumbre de Can-adá a la Argentina este año hemos además reafirmado los lazos especiales de amistad y de mentalidad similar que existen entre nuestros dos países. Como lo expresó el Primer Ministro de Canadá, Jean Chrétien: “Nos estamos convirtiendo en una gran familia. Una familia con culturas diferentes, idiomas diferentes y muchas razas, pero una familia de todas maneras, con valores y objetivos comunes ... una familia que entiende que nuestro hogar es el hemisferio, desde Yukón a Tierra del Fuego ...



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