La votación por el matrimonio gay: un debate que puede explicar la geografía

Por Ignacio Miri. Editor de Política.

Aunque no lo parezca, un mapa de la Argentina es acaso la herramienta más eficaz para hurgar en los orígenes y leer las posibles derivaciones políticas de la aprobación del matrimonio gay.

En el Senado, las cuentas indican que el núcleo del rechazo a la ley llegó de los senadores de las provincias del norte. De los 27 votos negativos que cosechó el proyecto, 20 fueron de senadores del Noroeste, del Noreste y Cuyo. La votación en Diputados mostró un patrón similar, según revela un estudio publicado en el blog de análisis político www.towsa.com. Allí se sostiene que apenas 14 % de los diputados de Cuyo y 18 % de los del Noroeste levantaron sus manos para votar a favor de la iniciativa. Entre los representantes de provincias del Noreste, 41 % votó a favor. Esos números contrastan con los de los diputados provenientes del resto del país: la mitad de los del Centro, el 57 % de los de la Patagonia, el 67 % de los bonaerenses y el 72 % de los de la Capital Federal apoyaron el matrimonio gay.

Con esos números a la vista, es posible trazar una línea que divida al norte de las provincias ubicadas en el centro y sur del país. Los diputados y senadores provenientes de distritos ubicados al norte de esa “frontera votaron contra el matrimonio gay, mientras que los que llegaron al Congreso desde abajo de esa división fueron quienes impulsaron la sanción de la norma.

A pesar de que dentro del grupo conviven provincias muy diversas en un sinnúmero de sentidos, allí se repiten algunos patrones.

Uno es que los distritos del Noreste y el Noroeste se cuentan entre los más pobres del país.

El apoyo al kirchnerismo es otra característica que unifica bastante esas mismas regiones. Sólo dos provincias –San Luis y Catamarca– tienen gobernadores opositores a la Casa Rosada. En mayor o menor medida, los jefes políticos de las otras once se reconocen oficialistas. Entonces: ¿hasta dónde afectará al kirchnerismo la sanción del matrimonio gay en el norte argentino? Según surge de sus votaciones en el Congreso, los diputados y senadores leyeron que allí votar a favor de ese cambio social histórico no será bien visto: incluso los legisladores del Frente Para la Victoria y sus aliados se opusieron mayoritariamente al proyecto.

El otro factor aglutinante en el Norte es la importancia social y política de la Iglesia Católica, visible hasta para los turistas más desprevenidos. Néstor Kirchner encajó bien en ese esquema cuando eligió a Jorge Bergoglio como contrincante. El cardenal atacó con una dureza desconocida el proyecto, porque –por motivos que escapan a la explicación racional– la Iglesia considera uno de sus puntales la condena a la diversidad sexual. Para alguien como Bergoglio, que llegó a ser candidato a Papa, será muy difícil de explicar en Roma que la Iglesia que encabeza no pudo evitar que el sistema normativo argentino se haya convertido en uno de los pocos en el mundo que no discrimina entre heterosexuales y homosexuales. Sus dotes de negociador político no fueron eficaces en este caso. Ayer, Kirchner dio un paso más en su histórico enfrentamiento con Bergoglio y le pidió a la Iglesia que “se modernice .

Todo indica que esos chisporroteos entre la Iglesia y Kirchner seguirán, a pesar de que el hoy diputado se subió tarde a la cruzada por el matrimonio gay que habían iniciado dirigentes de la oposición. Es conocida su tendencia a considerar a la política como una sucesión de escaramuzas con aliados y enemigos variables.

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