LA ÚLTIMA COSECHA MOVIÓ NEGOCIOS POR U$S 18.000 MILLONES

La soja generó 50% más de ingresos que el año pasado

Las lluvias impulsaron la producción, que creció 66%. Cuando ya queda poca tierra por cosechar calculan que el Gobierno recaudará u$s 6.330 millones por retenciones

La mayor cosecha argentina de soja de la historia habrá dejado, cuando terminen de recolectarse las pocas hectáreas que faltan, ingresos por u$s 18.088 millones. Así lo estimó el dirigente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Néstor Roulet.

Según estas estimaciones, las 19 millones de hectáreas sembradas en el país, que constituyen un récord histórico de área sembrada, dejarán una cosecha de 53,2 millones de toneladas, aunque el monto de ingresos totales podría ser aún mayor si, como indican algunas estimaciones, la cosecha nacional finalmente supera las 54 millones de toneladas.

La generación de ingresos por soja este año, estimada sobre un valor de u$s 340 por tonelada, implica un incremento del 50% respecto de los cerca de u$s 12.000 millones que dejó la oleaginosa el año pasado, cuando fue castigada por una de las peores sequías de la historia argentina.

Los ingresos de este año sólo fueron superados por la cosecha 2008, cuando la cotización internacional de la oleaginosa orillaba los u$s 500 la tonelada, antes de que estallara la crisis internacional, y el país cosechó más de 46 millones de toneladas, originando un récord de producción sólo destronado por la cosecha actual que se vio favorecida por las lluvias.

En paralelo, el mejor clima durante la campaña que termina en algunas semanas no sólo incrementó los rendimientos por hectárea de soja sino que, además, motivó a los productores a usar más tecnología que el año pasado, cuando la campaña seca dejó sólo 32 millones de toneladas cosechadas.

Este año, los productores agropecuarios gastaron, según Roulet, unos u$s 4.200 millones en concepto de costos directos, monto que quedó en manos de semilleras, firmas productoras y comercializadoras de fertilizantes y agroquímicos y empresas aseguradoras.

En paralelo, quienes decidieron sembrar soja pagaron otros u$s 3.300 millones en servicios, lo que generó un movimiento total de u$s 7.500 millones.

A pesar de que la situación actual está lejos de ser la desolación que denunciaron los productores el año pasado –las cifras lo confirman– insisten en que la presión fiscal sobre el cultivo es excesiva.

Descontando los gastos y los impuestos nacionales y provinciales, según Roulet, el ingreso bruto del productor será este año de u$s 29,07 por hectárea de soja, monto que reaviva las quejas de los agricultores.

Aún así, además de ser un volumen récord el que se cosechará este año, se trata de la campaña con mayor participación de la soja en el total de hectáreas sembradas, justamente, porque la rentabilidad supera en prácticamente todos los casos la que puede generar el maíz o el girasol, que compiten con la soja.por la tierra cultivable.

Después de que en 2008 lograran eliminar el esquema de retenciones móviles que llevó el impuesto a la soja a un techo de 45%, la mesa de enlace agropecuaria pide hoy un recorte a las retenciones para el caso de la soja y su eliminación total para los cereales (trigo y maíz).

Con retenciones del 35%, los ingresos a las arcas nacionales por soja superarán este año los u$s 6.300 millones, si el valor de la oleaginosa se mantiene los niveles actuales.

Este nivel de retenciones y los gastos en los que incurre un productor de soja hacen que el ingreso neto que recibe el agricultor, según las cuentas de Roulet, sea del 3% por hectárea sobre los ingresos totales.

Es decir que, de los u$s 18.088 de ingresos que generará la soja quedarán unos u$s 552 millones en manos de productores.

Noticias de tu interés