La propuesta de alianza que Chávez hizo a Tirofijo

Finalmente, las FARC entregaron a Hugo Chávez las rehenes que le habían quedado debiendo en Villavicencio. Y el presidente venezolano lanzó las primeras señales de lo que será su proyección política a Colombia como consecuencia de este logro. Mientras los helicópteros llevaban a las liberadas hacia Venezuela, el hombre fuerte de Caracas adelantó que está dispuesto a hablar con Manuel Marulanda, líder del grupo armado, para convencerlo de abandonar el camino de la violencia para adoptar el de la política, dejando su predisposición a fundar con Tirofijo “un movimiento de izquierda que construya en Colombia lo que él construyó en su país después de la rebelión armada que encabezó contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Seguramente, Chávez propondrá a Marulanda financiar con su inagotable billetera la conversión de la guerrilla en fuerza política. La historia colombiana tiene antecedentes que alientan esta posibilidad, pero también otros que plantean dudas. Por caso, el grueso de las guerrillas fuertes en las décadas del sesenta y setenta siguieron al M-19 en su conversión a la actividad política y muchos comandantes, igual que Navarro Wolf, se convirtieron en gobernantes o legisladores. Aunque el sector de las FARC que intentó el mismo camino y fundó la Unión Patriótica, vio como muchos de sus dirigentes fueron acribillados por escuadrones de la muerte.

Lo que alienta la oferta de Caracas es que, el hecho de que la alta comandancia de las FARC se haya comprometido a entregar en Villavicencio un niño que tenía en su poder, demuestra que la guerrilla está desestructurada y su liderazgo ya no cuenta con la información correcta y con el control total de cada uno de sus batallones dispersos en la jungla. Este síntoma de debilidad puede alentar a los comandantes a aceptar la invitación de sociedad que les hizo ayer Hugo Chávez.

De todos modos, más allá del hecho auspicioso de que el líder venezolano intente convencer a Tirofijo de que libere a todos sus cautivos y deje las armas, está la significación de la oferta que adelantó ayer mismo: su voluntad de asociarse con el viejo guerrillero en un movimiento que busque, por medio de la política, el poder en Colombia. O sea el hecho de que, implícitamente, Chávez proponga asociarse con lo que, por liberar a sólo dos de los centenares de personas (entre rehenes y secuestrados para cobrar rescate), no deja de ser una guerrilla envilecida y cruel que, igual que muchos militares y todos los paramilitares, negocia con el narcotráfico y practica el secuestro extorsivo a escalas industriales.

Si logra convencer a Tirofijo, poco después de crear el movimiento bolivariano en el país vecino, el exuberante líder caribeño propondrá recrear la Gran Colombia que fundó Bolívar y la historia posterior se encargó de dividir en dos estados.

Noticias de tu interés