La joya más preciada

Estudiante de química en su juventud e hijo de productores agropecuarios norteamericanos, Dennis Albaugh hizo de Atanor su ‘joya más preciada’, tal como él mismo la definió en una de las oportunidades que estuvo por Argentina. Si bien recién se quedó con la empresa en 1997, desde la década del ‘80 comenzó a invertir en negocios vinculados con el campo como el de los agroquímicos. Con un capital de sólo u$s 1.000 comenzó a formular las materias primas que le vendían otros. Fundó una empresa de comercialización de petroquímicos que le compraba productos a Atanor, principalmente el herbicida trifuralina. Así nació la relación con la empresa por entonces propiedad de Bunge & Born. Con sede en Ankeny, Iowa, Albaughf decidió comprar Atanor para darle más vigor a su propia formuladora de herbicidas, teniendo en cuenta que en Estados Unidos el tipo de agroquímicos que produce la firma argentina representa un volumen de negocios de u$s 2.300 millones al año.

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