La corta distancia entre la amistad y el enfrentamiento

En 1998, cuando Tom Hicks desembarcaba en el país para convertirse en uno de los accionistas del CEI, que llegó a ser el mayor holding de medios del país, Raúl Moneta se disponía a realizarle un banquete de bienvenida. El banquero iba a ofrecerle a su socio tejano un asado con cuero, y no perdía ningún detalle para satisfacer al millonario amigo de George Bush. Después, cuando Moneta cayó en desgracia y quedó prófugo de la Justicia, los medios de comunicación se sorprendían del respaldo de Hicks. En ese momento, se decía que el estadounidense le prestaba dinero para salvarlo de algunas contingencias. El CEI, en el que también participaban el Citibank y la familia Werthein, se disolvió y cada uno de los accionistas siguió su camino. Hicks se convirtió en dueño de CableVisión, puso un pie en Torneos y Competencias y creó la señal de cable PSN, que fue un fracaso. Moneta resolvió varios de sus problemas con la Justicia, aunque algunos de sus ex socios mendocinos siguen con reclamos. Lo que menos podía imaginarse es que, en el medio, se desatara una guerra interna con acusaciones penales de por medio. Ambas partes reclutaron famosos abogados para litigar hasta el cansancio. Ahora parece terminar una parte de la pelea. Pero todo indica que los ánimos belicosos no se calmaran. (Pág. 15)



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