LUEGO DE CASI 10 HORAS DE JUEGO, EXHAUSTOS, IGUALAN 59-59 EN EL QUINTO SET QUE INTENTAR N DEFINIR HOY

Isner y Mahut, protagonistas en Wimbledon del partido sin fin

Inhumano es el adjetivo que le encaja perfecto al esfuerzo que ayer hicieron el estadounidense John Isner y el francés Nicolas Mahut en Wimbledon. ¿Hasta dónde puede llegar la resistencia de un deportista de alto rendimiento? ¿Vale la pena seguir en pos de un resultado y en detrimento de la salud? Difícilmente en la Federación Internacional de Tenis se formulen estas preguntas. De allí se explica que Isner y Mahut hayan jugado nueve horas y 58 minutos en el estadio 18, en un partido que, después de dos días de juego, todavía no terminó y se seguirá disputando hoy. La pizarra marca un resultado abierto: 4-6, 6-3, 7-6, 6-7 y 59-59. Sólo el quinto lleva consumidas 7 horas y 53 minutos.

Este duelo ha batido varios récords: de duración, porque el registro anterior databa de Roland Garros 2004, con 6 horas y 33 minutos, y les correspondía a los franceses Fabrice Santoro y Arnaud Clement; de aces, ya que los 78 del croata Ivo Karlovic en la Copa Davis 2009 fueron pulverizados por los 98 de Isner y los 94 de Mahut; y de cantidad de días, tres, debido a que comenzó el lunes y terminará hoy.

“Nunca va a pasar algo así, nunca va a volver a pasar , repetía constantemente Isner luego de la suspensión por falta de luz solar, cuando en Londres ya habían pasado las nueve de la noche. “Sacamos maravillosamente bien, me gustaría ver las estadísticas para saber la cantidad de aces , explicó el gigante de 2.05 metros, que también develó como llegaron a tomar la determinación de parar el partido: “No podíamos llegar a un acuerdo, pero lo justo fue parar. Yo quería seguir y él no .

El caso de Mahut es increíble. Antes del duelo con Isner, disputó tres partidos en la qualy, uno a cinco sets y otro 24-22 en el tercer parcial. “Le agradezco al público, que aguantó tantas horas , dijo el francés.

Cuando concluya Wimbledon los dirigentes quizás reflexionen sobre si es sensato jugar un partido eternamente. Los jugadores, liderados por Federer y Nadal, deberían rebelarse y proponer que, como en el US Open, los quintos sets de los Grand Slams se definan en tie-break. Así, el físico un día dirá basta.

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