ES LO QUE DEBE PAGARSE ENTRE ARANCELES ADUANEROS, M S IMPUESTOS INTERNOS

Importar un auto de lujo tiene un sobrecosto del 78%

El escándalo que despertó el ingreso de coches de alta gama con franquicias diplomáticas tiene su explicación económica. Además de evitar pesadas cargas tributarias, los infractores encuentran otro beneficio: pueden importar unidades usadas, lo que, salvo excepciones, prohíbe la legislación vigente

Juan Sebastián Verón es una de las celebridades involucradas en el escándalo de importaciones “truchas de autos de lujo. El futbolista reconoció haberle “comprado a un amigo un todoterreno Hummer, modelo 2005, uno de los mil vehículos que, según investiga la Justicia, ingresaron ilícitamente al país, a través de licencias diplomáticas. El vendedor de la impactante camioneta mostró, en los negocios, la misma ambidestreza que su presuntamente defraudado amigo, la Brujita –irónicamente, uno de los jugadores con mayor talento para manejar la pelota con ambas piernas–, exhibe sobre el verde césped: decidió importar el coche por izquierda, ante los costos que debía afrontar si hacía los trámites por derecha. Sólo entre impuestos internos y aduaneros, cualquier particular que desee ingresar a la Argentina un automóvil debe pagar un sobrecosto del 78% sobre el valor original del vehículo, calculan expertos del comercio automotor. De entrada, al 35% de arancel que tributa todo auto fabricado fronteras afuera del Mercosur, se suma un 21% de Impuesto al Valor Agregado (IVA). Superada la primera barrera, se explica, continúa el resto de los peajes (en el más positivo de los sentidos): 3% de anticipo de Ingresos Brutos; otro 3% de tasa estadística; y un 5% adicional, entre tasa aduanera y el costo de despacho a plaza. Además, si la suma del valor del vehículo y el pago de estos aranceles supera los $ 140.000 –cosa que ocurre con todos los autos investigados–, se carga otro 10%, en concepto de “impuestos internos .

El último eslabón de la cadena de costos es la inscripción en el Registro de Propiedad Automotor: 1% de su valor.

No es casual que, además de los de países de la región, como Bolivia, Paraguay o Chile (donde existe libre importación de automotores), la Justicia también investigue a diplomáticos de Rusia y otros puntos del Este europeo. Las diferencias económicas internas en la Unión continental hacen que el valor al público de un auto varíe hasta 40%, según el poder de compra de cada mercado.

En tanto, las diferencias más fuertes se perciben con Estados Unidos. Allí, la versión de entrada de un Audi A4 –el auto premium más vendido de la Argentina– ronda los u$s 30.000, contra los u$s 42.900 en los que arranca en el mercado local.

Otro caso: el MINI Cooper. Su precio base es de u$s 18.000 en los 50 estados, contra su piso de u$s 32.500 en las 23 provincias y la Capital Federal. Pese al costo de importación, la venta de autos de alta gama tocó su récord en 2007: 10.400 unidades, 45% más que en 2006. Pero la cifra corresponde sólo a coches cero km, dado que el régimen legal vigente prohibe importar usados, salvo excepciones. Entre ellas, que sean “modelos de colección o de interés histórico (con, al menos, 30 años de antigüedad); que se trate de autos de ciudadanos argentinos que retornen definitivamente al país, después de un mínimo de un año en el exterior; que pertenezcan a extranjeros que obtengan su derecho de residencia en la Argentina; o que sean... propiedad de ciudadanos extranjeros –léase, embajadores y funcionarios diplomáticos– en misión oficial en el país.

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