Festeja Cristina: el escenario externo garantiza fuerte crecimiento pero con mayor inflación

La suba de los granos y el petróleo impulsan el crecimiento y la balanza comercial. La econom a se expandirá en torno al 7,5% este año; pero se agudiza el fantasma de la inflación con alimentos más caros. El Gobierno se asegura cuantiosos ingresos por retenciones y petrodólares de Chávez

El nuevo escenario internacional que se abre con el precio del petróleo y los commoditties agropecuarios en récords históricos trae para la Argentina buenas y malas para 2008. A esta altura ya no hay dudas: tendría que ocurrir una verdadera catástrofe para que el año que acaba de comenzar no termine con un elevado crecimiento. Todo está dado para que así ocurra. El precio de las principales exportaciones del país vuelan y el consumo interno es un boom pocas veces visto.

Ayer el petróleo tocó los u$s 100 aunque finalmente cerró a u$s 99,62. Paralelamente, la soja llegó a su máximo en 35 años y el maíz finalizó la sesión en su mayor nivel en 11 años. Los astros parecen haberse alineado para configurar un inicio de 2008 soñado para Cristina Fernández de Kirchner. Si hasta el oro está en su techo en casi tres décadas.

“Es cierto, el escenario mundial es francamente alentador. Pero ello también implica aprovechar la situación para tomar medidas que permitan plantear un modelo de desarrollo a largo plazo , comentan con optimismo desde el Ministerio de Economía.

El Gobierno se frota las manos. No sólo por el fuerte empuje a la economía –que este año crecerá en torno al 7,5%– sino por el abultado superávit comercial que se avecina y trae consigo mayores ingresos por retenciones a las exportaciones. Sólo en los últimos seis meses, los ingresos por gravamen aumentaron 71% y en diciembre directamente se duplicaron. Llueven dólares para el capítulo dos de la administración K.

Para los exportadores de granos, los petroleros y mineros implica buenas noticias, pero también una luz de alerta. Es que si esta tendencia continúa es casi un hecho que en 2008 habrá nuevos aumentos de retenciones para evitar que los aumentos internacionales se trasladen al plano interno. La inflación es el principal fantasma que depara el nuevo escenario internacional.

Los consumidores, en tanto, deberán prepararse para otro año de subas en los precios de los alimentos (y en los combustibles). La denominada “agflación (inflación en los commoditties agropecuarios) llegó para quedarse y se hará sentir en los bolsillos de la población argentina. Según estudios privados, la canasta básica de alimentos subió cerca del 25% durante 2007, aunque el cuestionado Indec sólo reconoce un alza del 8,1%. En definitiva genera un manto de dudas sobre la chance de mejora en los índices de pobreza e indigencia derivados del vertiginoso crecimiento económico.

El alza del crudo a nivel internacional favorece a la Argentina

mientras sea exportador neto. En lo que va de este año los envíos de petróleo al exterior suman u$s 819 millones. Pero los analistas advierten que la Argentina se quedará sin reservas en siete u ocho años y deberá importar. Como actualmente lo hacen Estados Unidos, Chile o Japón –por citar algunos ejemplos– que sufren en carne propia cada dólar de aumento en el crudo.

la suba del petróleo volvió a golpear a los mercados financieros internacionales. Si esta situación se mantiene será difícil para la Argentina lograr fondos de grandes inversores para cubrir los u$s 6.000 millones que se necesitan en 2008. Al mismo tiempo, el alza del denominado “oro negro fortalece la figura de la Venezuela de Hugo Chávez y sus petrodólares como principal financista de la Argentina. En los últimos tres años ya prestó u$s 5.600 millones. También jugará un papel central el financiamiento intra sector público mediante entidades como la ANSeS.

La debilidad del dólar presiona al Gobierno para sostener la divisa estadounidense mediante crecientes compras del BCRA. En la concepción K el dólar alto es garantía de exportaciones dinámicas y protección simultánea a la industria local. El esfuerzo de la entidad que dirige Martín Redrado estará puesto a lo largo de este año en que la esterilización de estas compras de divisas no termine impulsando las tasas de interés locales y desactivando el clima de inversiones que precisamente se pretende lograr.

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