“Estoy tranquilo con el reparto de la cuota Hilton

La asunción de Miguel Campos al frente de la Secretaría de Agricultura se dio en un mal momento, en medio de uno de los conflictos públicos más resonantes de los últimos tiempos de la industria frigorífica, cuyo poder de lobby es uno de los más fuertes del sector. Diecisiete plantas acababan de ser repentinamente inhabilitadas por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria (Senasa) para exportar a la Unión Europea, en lo que juzgaban una maniobra para privarlas de la Cuota Hilton, el rentable cupo de 28.000 toneladas de cortes de alto valor que la Unión Europea le compra al país libre de aranceles, un negocio que ronda los u$s 200 millones al año.

A Campos le tocó resolver el tema. Así, le ordenó al Senasa una reinspección de todos los frigoríficos, mientras recortaba el poder del organismo sanitario, lo que desembocó en la renuncia de su hasta entonces prestigioso y cuestionado presidente, Bernardo Cané.

La Resolución de distribución de Hilton que acaba de sacar la Secretaría volvió a crear revuelo, particularmente por el descontento de los mayores frigoríficos, que obtuvieron menos cuota debido a que la mitad del cupo fue adjudicada por jueces, que le concedieron medidas cautelares a 27 empresas.

–¿Le preocupa la reacción de los frigoríficos disconformes?

–Estoy muy tranquilo con la distribución de Hilton, aplicamos la resolución vigente, y si pudimos disponer de pocas toneladas fue por las medidas cautelares, presentadas muchas veces por las mismas empresas que cuestionan la distribución. De todos modos, queremos generar un reparto más atomizado para el año que viene, cuando vence la resolución que fija los criterios vigentes.

–¿Cuáles son las prioridades de la Secretaría ahora?

–Estamos encarando gestiones que pretendemos que permanezcan, de mediano plazo, como el programa del algodón, el ganadero, la reestructuración del Senasa...

–El recorte del poder del organismo fue cuestionado...

–Lo que hice fue restablecer que la política sanitaria la fija la Secretaría; el Senasa es el organismo de control y de policía. Estamos trabajando sobre la estructura para darle estabilidad institucional, mediante el concurso de cargos para los directores. Por otro, buscamos hacerlo más transversal, para repartir la capacidad decisoria regionalmente. Y también apuntamos a la informatización, necesitamos un buen seguimiento de la implementación de las políticas sanitarias.

–¿Qué otras prioridades tiene hoy la Secretaría?

–Una es el tema del riesgo agropecuario, que en la Argentina está totalmente disociado del riesgo país. Cuando no se sabe de algún negocio, se asume que el riesgo es alto. Por eso, la idea es generar información sobre el riesgo climático, el económico y el de precios, cruzando bases de datos históricas de la Conae, Aacrea, el INTA y otras entidades, para establecer curvas de rentabilidad y volatilidad por microrregiones para distintos cultivos. Pensamos que será útil para pequeños productores, así como para bancos y aseguradoras, que podrán establecer tasas y primas con mayor certeza. Esperamos generar así una nueva dinámica de financiamiento y atraer a inversores que no pertenecen al sector.



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