El despertar de los olivos

El incremento de las plantaciones de olivos que registró la Argentina a raíz de los diferimientos impositivos que se otorgaron desde los ’90, que están reorganizando el mapa productivo local, va camino de convertir al país en uno de los mayores produ

El olivo tiene una tradición simbólica milenaria, en la que representó la paz, la victoria, la vida, y fue considerado promotor de la fertilidad. Según la mitología griega, fue creado por Palas Atenea, la diosa de la sabiduría, que lo hizo brotar de su lanza en su disputa con Poseidón por el patronazgo de la incipiente Atenas, ponderando que sus frutos serían buenos para comer, y que de ellos se obtendría un líquido extraordinario que sería un alimento rico en sabor y en energía, aliviaría heridas y podría dar llamas para iluminar las noches. Con menos glamour y más medicina, las creencias actuales le atribuyen al aceite de oliva bondades en la prevención de la arteriosclerosis, tonificación de la epidermis, el funcionamiento del estómago, del páncreas, del hígado y los intestinos, entre otras.

Lo cierto es que se trata de uno de los aceites más caros a nivel mundial, y la Argentina tiene chances de ser uno de sus principales productores en los próximos años.

El negocio olivícola en la Argentina está asistiendo a una transformación de magnitud, que no se relaciona principalmente con la devaluación. Ocurre que las plantaciones de olivo son las que más tardan en producir una cosecha (8 a 9 años), y gozan, desde los tiempos de la administración de Carlos Menem, de uno de los más extensos diferimientos impositivos de IVA, de entre 12 y 15 años.

El estímulo hizo que, si a fin de los ''80 había unas 30.000 hectáreas de olivo en el país, en 2000 la superficie ya abarcaba 73.900. Y, para 2010, se espera que para haya unas 120.000 hectáreas en producción.

Por otra parte, las nuevas plantaciones, que vinieron acompañadas de nuevas fábricas, determinaron un cambio en el mapa productivo geográfico del país. Tradicionalmente, Mendoza generaba el 60% de la aceituna para aceite de oliva, mientras otro 30% se ubicaba en San Juan. Ahora, son Catamarca y La Rioja (que antes integraban junto a Córdoba el 20% restante), los territorios que se postulan como líderes de la futura producción, y se incorporaron San Luis, Salta y Tucumán.

El diferimiento impositivo trajo también nuevos jugadores, desde laboratorios hasta bancos. Hoy, entre recientes y antiguos, los integrantes de esta industria aceitera ya son 59, entre quienes se encuentran Titarelli, Cargill, Diesel San Miguel, Solfrut, Timbo Riojana, Villa Atuel, Cazenave, Plantaciones Catamarca, San Juan de los Olivos, Roemmers, La Serenísima, Zingaretti, Molinos Río de la Plata y Unilever Bestfoods (ex Refinerías de Maíz). Estas dos últimas empresa son dueñas de algunas de las marcas más conocidas del país, respectivamente, Lira y Cocinero, y Mazzola. En tanto, entre los grandes productores de aceituna están Yáñez, Avena, Agroaceitunera y Núclex.

En este contexto, lo que hizo la devaluación fue volver más interesante el negocio, y elevar el peso de las exportaciones en el mix de ventas de las empresas. Como Rodolfo Vargas Arizu, de la empresa homónima, que hoy exporta el 90% de su producción, desde el 40% que despachaba al exterior durante la convertibilidad.

Sin embargo, si bien la exportación de aceitunas creció un 21% durante el primer cuatrimestre del año respecto de igual período de 2002, la de aceite sufrió un retracción del 6%. Esto se debió, principalmente, a las menores compras de la variedad oliva (antes llamado puro de oliva) de Brasil, cuya demanda, dentro de una tendencia mundial, se está volcando hacia el tipo virgen.

No obstante, según la Secretaría de Agricultura, este año marcó el la diversificación y el afianzamiento de mercados con un alto ingreso per cápita, particularmente con el inicio de las exportaciones de aceitunas a Estados Unidos, y de aceite a la Unión Europea y Sudáfrica.



No del todo bueno

Si bien la cosecha local para 2002/2003 no fue todo lo buena que se esperaba por el clima fue poco benigno (en particular por las heladas en Mendoza y el viento Zonda en San Juan), y no permitió alcanzar las 18.000 toneladas de aceite y las 80.000 de aceituna que se estimaban, logró de todos modos batir un récord, con 15.000 y 70.000 toneladas, respectivamente.

Así, de mantenerse la tendencia, la Argentina pasaría a convertirse en uno de los peso pesado del mercado olivícola mundial, hoy liderado por España, que produce el 30% del aceite de oliva, seguido de Italia, Grecia y Túnez. Entre los cuatro, totalizan el 80% de la producción mundial. También es el país ibérico el principal productor de aceitunas de mesa, junto a Turquía, Marruecos y Siria, con los que suma el 60% de la producción global.

Una buena noticia para los locales es que el calor y la sequía que sufrió la cuenca del Mediterráneo hace prever una merma importante en la producción de esos países, con la consecuente alza de precios internacionales.

Alejandra Groba



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