El autor del fraude francés solo quería reconocimiento

Parece que Jérôme Kerviel, el operador de Société Générale acusado de hacerle perder a su banco u$s 7.200 millones en negociaciones fraudulentas, no ganó dinero para sí. Según dijo Jean-Claude Marin, el fiscal general de París, “quería mostrar que valía tanto como los demás... que lo reconocieran como un genio financiero .

En lugar de permanecer en el papel que le habían asignado, como un oscuro operador en el departamento de arbitraje, Kerviel trató de convertirse en una estrella. “Creo que está completamente loco , dijo un ejecutivo bancario.

Tal vez no lo esté tanto. El principio básico de las superestrellas, que se aplica tanto al mundo del entretenimiento como al de la banca de inversión, es que son pocos los que se quedan con todo. Si uno puede posicionarse como el mayor talento en la pantalla o en el recinto bursátil, gana status y se hace rico.

El equivalente a las estrellas de cine en el mundo bancario son los operadores con tan buenos antecedentes que pueden esperar un enorme bonus y recaudar capital para formar sus propios hedge funds. Estos fondos de alto riesgo son como las películas: los inversores confían y arriesgan dinero sólo cuando hay una estrella involucrada en el proyecto.

Pero son pocas las estrellas en Hollywood y en los bancos. Los operadores y los actores deben llamar la atención y convencer a los que tienen capital para que lo arriesguen. Los incentivos están tan distorsionados, que la gente suele tomar riesgos extremos o hacer locuras buscando el estrellato. No es tan extraño que Kerviel haya optado por hacer apuestas sin cobertura y ocultar sus operaciones. Aunque su comportamiento es inusual y arriesgado, tiene cierta lógica loca.

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