El Polo de la discordia

El concurso de anteproyectos fue organizado por la FADU, en principio, en forma exclusiva para sus profesores y graduados. El reglamento, además, propuso una división en categorías etarias y una forma de selección de los integrantes del jurado, todos elementos que fueron objetados por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), que en el mes de agosto del 2007, le pidió a la universidad que “evite acciones discriminatorias e inequitativas para el ejercicio de la profesión (ver notas completas en http://www.socearq.org.ar/nota.cfm/n.1151.htm).

Al respecto, el Decano de la FADU, arquitecto Jaime Sorín expresó que la Facultad firmó un convenio con el Ministerio -cuando todavía era Secretaría- para organizar el concurso, que permitiría - incluso- el seguimiento de la documentación para poder armar la licitación. “La FADU, a diferencia de lo que suele hacerse, se encargó de realizar todos los estudios previos, el programa de necesidades y las consultas con Gobierno de la Ciudad y la Dirección de Patrimonio Histórico. Se determinaron las condiciones para poder entrar en código, luego se revisaron las estructuras de los edificios y se vaciaron los subsuelos, que tenían agua y basura acumulada , dijo.

Por su parte, la arquitecta Cristina Fernández, Secretaria de Relaciones Institucionales de la FADU, quien participó directamente de este convenio junto al Vicedecano, arquitecto Luis Bruno, agregó: “Fue Filmus quien eligió a la FADU por la complejidad del tema. Se hicieron muchísimos trabajos, todos concursados, que incluyeron hasta un estudio histórico y conseguir el permiso de la Comisión de Museos para tocar un edificio amparado por la ley 1063. El último de estos trabajos fue el concurso de anteproyectos .

Como novedad, “en vez de llamar a concurso abierto, se hizo un concurso de antecedentes, armando tres bandas de edad. En principio, se había circunscripto a la FADU, pero nosotros aceptamos que debía ser un concurso nacional, como decía la SCA , aportó Sorín.

Del vino a la tecnología: una transición polémica

Desde el otro lado, Darío López, miembro de la Comisión de Concursos de la SCA, argumentó las objeciones: “Nosotros no estamos de acuerdo en la elección de los asesores y los jurados, que no fueron de un cuerpo elegido democráticamente. En la UBA no hay colegio de jurados, lo elige el decano a dedo y es una elección mucho menos transparente. Además, tampoco está bien la selección por edades. A nosotros nos parece elemental para la transparencia. El titulo habilitante no separa por edades. Esta discriminación es caprichosa .

Luis María Albornoz, Secretario General de la SCA, planteó, por su parte, que “ponían condiciones que, para nosotros, eran inaceptables. El concurso se hizo, pero hubo muy pocos trabajos, por lo que escuché. Nosotros no participamos porque hay cosas que son muy cuestionables. No pasa por quién haga el concurso, sino porque se haga bien, como corresponde .

La justificación del jurado

Respecto del trabajo ganador, el Decano contó que la resolución funcional era compleja, porque había que hacer interactuar estructuras ya existentes con nuevas. “Se evaluó que respondiera a esa complejidad y también que se mantuvieran las condiciones históricas de un edificio con valor patrimonial. Y, además, que hiciera un aporte a la ciudad en una zona deprimida. El proyecto ganador fue el que, para nosotros, mejor cumplía con estas tres condiciones , señaló Sorín, que antes de cerrar la charla, sentenció: “De esta manera, permitimos que los más jóvenes intervengan en igualdad de condiciones. Si no, terminan ganando siempre los mismos .

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