El Gobierno acordó con Shell para garantizar más gasoil

Finalmente, entre Shell y Guillermo Moreno la sangre no llegó al río. De este manera, serán la nafta y el gasoil los líquidos que lleguen, pero a las estaciones de servicio. Cuando la refinería de Shell no tenía más capacidad para almacenar combustibles que exporta (naftas de baja calidad), y esto le trababa la refinación de gasoil (imprescindible ahora que comienza la cosecha gruesa), el presidente de la empresa, Juan José Aranguren, y el secretario de Comercio Interior, firmaron la paz.

Fue ayer por la mañana, cuando entre las 11 y las 12 se vieron las caras Moreno, Aranguren, y el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación, Roberto Barata. Allí el intercambio de figuritas fue lógico: el Gobierno prometió liberarle la exportación a la petrolera (hay que pedir autorización a Barata para cada embarque), que a cambio se compromete a aprovechar su capacidad de producción y abastecer el mercado de la mejor manera posible.

“Les informamos sobre las conversaciones que hemos mantenido con las autoridades a los efectos de asegurarnos, en la medida de nuestras posibilidades y en todo lo que esté a nuestro alcance, maximizar la capacidad de elaboración de nuestra Refinería Buenos Aires, para ofrecer su producción a nuestros clientes en el mercado interno y en la medida que éste no lo requiera, proceder a su venta al exterior , informó Shell a sus operadores de estaciones de servicio durante la tarde, oficializando el acuerdo al que llegó, luego de casi tres años de peleas, con el Gobierno.

Las dos partes ceden, pero también ganan. Shell, que se había visto obligada a bajar los precios siguiendo a la competencia, de todas formas mantiene sus combustibles algunos centavos por encima de YPF, Petrobras y Esso, algo que no ocasionará quejas oficiales. Mientras que el Gobierno necesita el funcionamiento a pleno de la Refinería Buenos Aires para evitar el desabastecimiento de gasoil durante la cosecha gruesa. Una condición que Shell garantizó ayer en la carta a sus estacioneros, prometiendo que “la actual saturación de nuestra capacidad de almacenaje, incompatible con un nivel óptimo de la producción, será resuelta a la brevedad. Así, podremos restablecer las condiciones de máxima carga compatible con la cantidad y calidad del petróleo crudo disponible .

En una pelea que parecía sin retorno, según averiguó El Cronista, fue clave la intervención John Hughes, embajador de Gran Bretaña en la Argentina. Este egresado de la London School of Economics “habló con los accionistas de Shell, funcionarios de su gobierno y obviamente del argentino , apuntó una fuente oficial.

“El trabajo del embajador es hablar con miembros de los gobiernos y empresas privadas, especialmente aquellas originarias del país que representa , confirmó Andrés Federman, vocero de la embajada británica en Buenos Aires, pero sin dar más precisiones. “Las discusiones que lleva a cabo son privadas, nunca revelamos el carácter de ellas , agregó Federman.

De todas formas, trascendió que la gestión de Hughes fue clave para distender los ánimos, especialmente de Moreno y Aranguren. “Cuando una persona se monta en un conflicto desde cierto rol, es difícil cambiar. Pero todo se modifica si entra en escena un tercero , comentó una fuente cercana a la negociación.

La citada carta de Shell es clara sobre el nuevo estado de relaciones, pues apunta que con Moreno y Barata “se analizaron las condiciones para el continuo crecimiento económico del país, la oferta de combustibles necesaria para sostener el mismo, la problemática del sector y dentro del mismo, el caso particular de Shell. Se abrió una instancia de diálogo que estimamos será productiva para todas las partes y en la cual Shell aportará su conocimiento del sector y ofrecerá todo su compromiso para que el mismo llegue a buen puerto .