Dónde están hoy los ex técnicos del Indec

Fueron desplazados de sus cargos por denunciar la manipulación oficial de las estadísticas públicas. Luego de la intervención del polémico secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en enero del 2007, les bajaron el sueldo o pasaron a desempeñar tareas inferiores en el organismo. Algunos renunciaron.

La estridente placa roja con letras blancas lo anunciaba en la televisión. Cynthia Pok nunca pensó que se enteraría de su desplazamiento a través de Crónica TV. Pero un viernes de julio de 2007 sucedió y, de allí en más, comenzó un derrotero que ya lleva más de 24 meses. Ahora, Pok luce en su saco un pin rosa, un color que transmite una inocencia que su inscripción -"INDEC: 2 años de lucha"- desmiente.

Luego de más de 30 años en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), Pok dejó de ser directora de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para formar parte del grupo de técnicos desplazados. "Nunca nadie me dijo qué tenía que hacer y supuse que caía en mi puesto antes concursado, como coordinadora técnica de la EPH", comenta.

La ex funcionaria es licenciada en Sociología. Como socia-fundadora de la EPH, se negó a utilizar el IPC (índice de precios al consumidor) para hacer los cálculos semestrales de pobreza e indigencia. "Era un dato manipulado por la intervención, así que mandé un memo a la dirección del Indec advirtiendo que no estaban dadas las condiciones técnicas para realizar la encuesta", afirma. Hoy, Pok trabaja en la misma oficina en la que estaba antes de la intervención, tarea que reparte con su labor como docente en dos maestrías de la UBA, en una de la Universidad de Luján y el dictado de un seminario en la Flacso. La delegada de la Junta interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denuncia a viva voz la manipulación. "A esta altura de mi vida no me voy a convertir en un ñoqui", dispara.

El principio del fin del IPC

En la sede de la calle Carlos Calvo 190, alejado del nervio central de la intervención, Luciano Belforte es data-entry en la encuesta de turismo del Instituto. "Desde el punto de vista laboral, estoy mucho más tranquilo que en el IPC. Se ve que la cuota de turismo no le interesa mucho al Gobierno", dice, con ironía, Belforte, quien antes de ser removido era jefe de la oficina de Ingresos de Datos del IPC. Luego de declarar ante los fiscales Manuel Garrido y Carlos Stornelli, fue rebajado de categoría a su puesto anterior, con un 30 por ciento de recorte salarial.

A comienzos de 2008, el Indec tuvo la intención de enviar a Belforte al Ministerio de Economía, pero nunca llegó a trabajar allí. "La ley de trabajo impide trasladar a los delegados de ATE. Con mis abogados presentamos una demanda y volví al Instituto", aclara. Experto en programación, el ex jefe de Ingresos del IPC también era el encargado de dictar los cursos de informática para los empleados del Indec.

Belforte trabajaba con la primera desplazada del Indec, quien protagonizó uno de los casos más mediáticos. El 29 de enero de 2007, el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, encomendó a Beatriz Paglieri la tarea de dirigir el cálculo del índice de precios. Ese mismo día removieron a Graciela Bevacqua, hasta ese entonces la directora del IPC, por negarse a realizar los cambios metodológicos impulsados.

Luego de pasar por la dirección de Sector Externo en comercio exterior, Bevacqua se tomó una "licencia por razones médicas" hasta fines de noviembre del 2007, para más tarde ser relegada a la biblioteca del Ministerio de Economía. Luego de una segunda licencia médica en mayo del 2008, su abogada, Marta Nercellas, denunció cuatro meses más tarde una "campaña de persecución" contra Bevacqua. Hay quienes dicen que vive con miedo. La profesora de matemática renunció al Indec en enero de 2009. En la actualidad, es investigadora en estadísticas públicas en Buenos Aires City, un centro de Finanzas que ubicó la inflación de marzo en un 15 por ciento. Hoy, se refugia en el silencio.

A Marcela Almeida primero le quitaron la clave de acceso informático a la base de datos. Un tiempo más tarde, fue el turno de los escritorios. Cuando los cambios en el espacio físico de su oficina comenzaron a perjudicar a los trabajadores, Almeida decidió ir a hablar con el jefe de personal. "Me recomendó que me quedara en el local gremial porque ahí iba a estar más tranquila y segura", desliza la ex coordinadora del IPC nacional. Ella anhelaba un trabajo tranquilo. "Un trabajo de 9 a 5", reconoce, si bien los hechos que se desencadenaron después la obligaron a cambiar de dirección. Aunque posee el puesto de "analista" desde agosto de 2007, la sede de ATE en el décimo piso del instituto emplazado en la esquina de Diagonal Sur y Perú es su nuevo lugar. Además, la doctora en matemática reparte su tiempo entre las tareas sindicales y la docencia en la UBA, donde es jefe de Trabajos Prácticos en el departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Exactas. "Es mi cable a tierra", confiesa. Según Almeida, ha enviado varios telegramas laborales a la dirección reclamando sus tareas anteriores, pero, hasta la fecha, no recibió respuestas.

"Cuando Paglieri entró nos dijo: 'Se acabó el tiempo de los librepensadores, acá tenemos que ser soldados del Presidente'", concluye la ex coordinadora del IPC, quien se refugia en la resolución de los asuntos gremiales de un conflicto que, todavía, no encontró su fin. z we

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