Cuando los petrodólares mandan

Por Juan Cerruti.

La relación entre la Venezuela de Hugo Chávez y los Kirchner posiblemente encontró en el campo económico una intensidad inédita en la historia de ambos países. A la afinidad ideológica su sumó en los últimos cuatros años una fluida y polémica sintonía financiera.

A tal punto fue así que Venezuela es, al día de hoy, el mayor financista de la Argentina desde el inicio del nuevo milenio. Y curiosamente ocupa el rol que tiempo atrás supo tener el denostado FMI.

Desde 2005 a la fecha la nación bolivariana le compró bonos al matrimonio K por nada menos que u$s 6.500 millones. Tanto el uno como el otro sacaron provecho de la movida. A Néstor primero y Cristina después les sirvió para sostener su discurso confrontativo al modelo neoliberal y los organismos internacionales de crédito, y lograr al mismo tiempo,cerrar la caja del Tesoro año tras año.

Chávez, en tanto, detectó en la Argentina el socio perfecto para colocar sus crecientes fondos provenientes del boom del precio del petróleo que reinó hasta hace un año y medio atrás.

La combinación no podía ser mejor para el tío Hugo: halló un Estado sediento de fondos y dispuesto a pagar altas tasas con tal de mantener lejos al FMI. Claro que la estrategia de tener tan concentrada la emisión de deuda en un sólo tenedor entraña sus riesgos. Y la Argentina los sufrió. La última vez fue a mediados de 2008, cuando Chávez decidió de la noche a la mañana vender un gran cantidad de los bonos argentinos en su poder y desplomó los precios de los títulos públicos de los K, generando temor entre los inversores. Es que el negocio para el bolivariano es jugoso: ofrece su dinero caro y luego revende los bonos a los bancos de Venezuela pasando por el tamiz de un tipo de cambio desdoblando que magnifica todos los beneficios.

Pero nada es para siempre. El oro negro perdió tres cuartas partes de su valor en los últimos 18 meses. Y desde hace 10 meses Venezuela desapareció como financista de la Argentina.

Bajo el nuevo escenario mundial las arcas venezolanas ya no tienen tantos petrodólares lo que ha debilitado el peso político del mandatario bolivariano en la región. El tiempo dirá si la relación de los Kirchner con Chávez sólo se trató de un matrimonio por conveniencia o no.

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