JO-WILFRIED TSONGA, FRANCÉS, FINALISTA EN AUSTRALIA

Apareció un monstruo

En los últimos años, el arranque de la temporada tenística viene con sorpresas. El primer Grand Slam del año tuvo llamativos finalistas en 2006 y 2007: Marcos Baghdatis y Fernando González, respectivamente. Este año, el estupor es aún mayor. Un joven francés de 22 años, con muy buenos antecedentes como junior, pero con unas cuantas lesiones que no lo dejaron afirmarse como profesional, ha descollado en estas dos semanas con triunfos ante rivales como Andy Murray y Mikhail Youzny, y una consagratoria actuación, ayer, frente a Rafael Nadal a quien aplastó por 6-2, 6-3 y 6-2. Jo-Wilfried Tsonga, número 38 del ránking de la ATP, de 1.89 metros de altura y 90 kilos, mezcla del tenis de Yannick Noah, el aspecto físico de Cassius Clay y la furia de El Increíble Hulk, es el nombre que está en boca de todos en el mundo tenístico. Ya está en la final. Espera por Federer o el serbio Novak Djokovic. Todos hablan de él, ya, como el nuevo monstruo.

Ante el número 2 del mundo, lo del francés de Le Mans fue casi perfecto. Su saque, potente, tuvo un altísimo porcentaje de eficacia; en la base se movió con suficiencia y, cuando fue a la red, puso en ridículo a un perplejo Nadal que no puso reparos, tras el partido, por la dura derrota sufrida: “Estuvo imparable. No esperaba este nivel ni en Federer. Cuando te juegan así no hay nada que hacer. No tengo excusas , se sinceró. Tsonga arribó a Melbourne con un historial de 19 partidos ganados y 15 perdidos, sin títulos en su haber y con algo más de 484 mil dólares en ganancias. Ahora va por el suculento premio de 1.281.000 dólares destinados al ganador y por una gloria absolutamente impensada.

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