Ante el dólar débil, el oro es la nueva moneda global

En otras épocas el oro era dinero y, en el mundo incierto de hoy, vuelve a estar de moda. El precio del metal alcanzó un pico récord cuando el asesinato de Benazir Bhutto en Pakistán se sumó al nerviosismo por la economía mundial. Parte del atractivo del oro es que se lo considera una reserva de valor cuando todo lo demás parece arriesgado. Pero las principales razones que impulsan el precio spot son la depreciación del dólar y la perspectiva de que haya tasas de interés reales negativas en Estados Unidos.

Es posible que una buena manera de pensar en el oro sea la que utilizaban los bancos centrales antes de que EE.UU. abandonara el estándar oro: no como un commodity sino como otra moneda. Mientras el dólar se mantenga débil seguirá el auge del oro.

Los argumentos que prevén nuevos avances en el precio del oro son convincentes. Pese a su nivel actual, todavía tiene que aumentar mucho para aproximarse al récord, ajustado por la inflación, que rozó en 1980, cuando los tanques soviéticos invadieron Afganistán. El precio de u$s 859 la onza que alcanzó ayer, es la mitad de aquel nivel. Y el metal podría pasar la marca de los u$s 1.000 y todavía parecer barato comparado con lo que algunos analistas consideran que es la banda apropiada para un activo al que se considera refugio seguro.

El oro también se beneficia porque los inversores en acciones buscan diversificarse. Los commodities han surgido como una clase de activos bien diferenciada y miles de millones de dólares se vuelcan en los fondos especializados que se negocian en las bolsas. Además, la demanda de oro para joyería puede haberse estancado en Asia, pero sigue fuerte en Medio Oriente, y la declinante producción sudafricana reforzará los precios spot.

Pero algunos analistas creen que lo que realmente convierte al oro en una apuesta atractiva es la relación entre el dólar y la reacción de los bancos centrales a la contracción del crédito. La agresiva respuesta de la Reserva Federal de EE.UU., con su recorte en las tasas, creó el riesgo de un marcado aumento en la inflación, lo que a su vez crea el peligro de una caída marcada del dólar y convierte al metal dorado en una buena cobertura.

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